(CATOLIN).– El Papa Francisco, durante su viaje apostólico a Bélgica el 28 de septiembre de 2024, rindió un sentido homenaje al rey Balduino de Bélgica, reconocido por su profunda fe católica y su decisión de abdicar temporalmente en 1992 para evitar firmar la ley que legalizaba el aborto en su país. Este gesto, considerado uno de los actos más valientes en la historia política reciente de Europa, ha vuelto a ser tema de discusión en un momento en que las leyes pro-aborto y eutanasia se consolidan en varios países, incluido Bélgica.

Un homenaje a un rey firme en su fe

El Papa, tras haber tenido un encuentro en la Basílica de Koekelberg con obispos, sacerdotes, consagrados y agentes de pastoral, visitó la cripta real en la iglesia de Nuestra Señora de Laeken, donde descansan los restos de varios miembros de la Casa Real belga. Allí, el Pontífice, acompañado por el actual rey Felipe y la reina Matilde, se detuvo en oración frente a la tumba de Balduino.

Francisco, en un emotivo discurso, elogió públicamente la «valentía» del rey al «optar por dejar su cargo para no firmar una ley asesina». El Papa hizo un llamado a los belgas a tomar el ejemplo de Balduino en estos tiempos en los que «las leyes criminales se abren paso», en clara referencia a las normativas que legalizan el aborto y la eutanasia en el país. Además, el Pontífice expresó su deseo de que la causa de beatificación del monarca avance, resaltando su integridad y compromiso con la defensa de la vida.

La renuncia temporal de Balduino: un acto histórico

Balduino de Bélgica, quien reinó de 1951 a 1993, se ganó el respeto no solo por su firme posición católica, sino también por su integridad y amor por su pueblo. En 1990, cuando el parlamento belga aprobó la legalización del aborto, Balduino se vio en una situación conflictiva. Como monarca constitucional, estaba obligado a promulgar la ley; sin embargo, como católico convencido, no podía ir en contra de su fe. Para resolver el dilema, abdicó temporalmente durante 36 horas, lo que permitió que el gobierno firmara la ley en su lugar, sin comprometer sus principios religiosos.

Este gesto de Balduino fue visto como un ejemplo de coraje moral y ética personal, y sigue siendo recordado como un símbolo de resistencia contra la cultura de la muerte en Europa. El Papa Francisco resaltó este acto en su visita, recordando la importancia de defender la vida desde la concepción, en momentos en que se multiplican las leyes que permiten prácticas contrarias a los valores cristianos.

Encuentro con los jóvenes universitarios: una reflexión sobre la verdad y la misión

Antes de su visita a la tumba del rey Balduino, el Papa se reunió con los estudiantes de la Universidad Católica de Lovaina, una de las universidades más antiguas y prestigiosas de Europa. Durante este encuentro, el Pontífice instó a los jóvenes a ser «buscadores y testigos de la verdad» en un mundo cada vez más complejo y lleno de desafíos morales y éticos. En un discurso cargado de esperanza, Francisco reflexionó sobre la gratitud, la misión y la fidelidad, destacando que la fe debe iluminar el compromiso de los jóvenes con un futuro mejor.

En este contexto, el Papa hizo un llamado a los estudiantes a no caer en la desesperanza frente a los problemas globales, como la violencia, la corrupción y las nuevas formas de esclavitud, sino a ser agentes de cambio basados en la justicia y la búsqueda de la verdad. La educación, según Francisco, es una herramienta fundamental para construir una «casa común de la humanidad» donde la dignidad de cada persona sea respetada.

Evangelización, alegría y misericordia: los pilares de una Iglesia en movimiento

En otro de los momentos clave de la jornada, el Papa Francisco se reunió por la mañana en la Basílica del Sagrado Corazón de Koekelberg con obispos, sacerdotes, diáconos, consagrados y agentes de pastoral. En su intervención, el Papa instó a los líderes religiosos de Bélgica a ser una Iglesia que evangeliza con alegría y misericordia, destacando la importancia de regresar al Evangelio y acompañar a las personas en sus momentos de mayor necesidad.

Subrayó tres pilares clave para la misión de la Iglesia en la actualidad: evangelización, alegría y misericordia. En cuanto a la evangelización, Francisco destacó que es necesario renovar el compromiso con el Evangelio y construir una comunidad que actúe con gestos concretos de misericordia. La crisis de fe en el mundo occidental, según el Papa, exige una profunda conversión eclesial para poder responder adecuadamente a los desafíos pastorales y sociales.

Respecto a la alegría, Francisco explicó que no se trata de una alegría superficial o pasajera, sino de una que surge del encuentro con Dios y que persiste incluso en momentos difíciles. Esta alegría debe reflejarse en el testimonio de los consagrados, quienes deben irradiar esperanza y atraer a aquellos que se sienten alejados de la Iglesia.

Finalmente, el Papa habló sobre la misericordia, afirmando que el amor de Dios nunca se retira y que su justicia trasciende la justicia terrena. En respuesta a preguntas sobre cómo ayudar a las víctimas de abusos, Francisco hizo un llamado a una mayor cercanía y misericordia, recordando que la justicia no es completa si no lleva a la sanación y la reconciliación.