(CATOLIN).– El obispo Athanasius Schneider, conocido por sus opiniones tradicionales, ha manifestado su profunda preocupación por un evento programado en el marco del Sínodo sobre la Sinodalidad del Vaticano. Schneider ha descrito el acto penitencial como una «herramienta para promover una agenda que busca alterar doctrinas fundamentales de la Iglesia Católica», un movimiento que, según él, socava la revelación divina y amenaza la fe.

Un acto penitencial controvertido

El evento en cuestión, que tendrá lugar el 1 de octubre, será una ceremonia de confesión masiva en la víspera del Sínodo. Según lo informado por LifeSiteNews, durante el acto se confesará una serie de «pecados» que abarcan diversas áreas, como los pecados contra la paz, el medio ambiente, las poblaciones indígenas, los migrantes, las mujeres, la familia, y contra la sinodalidad. Entre los pecados propuestos se encuentra uno particularmente polémico: el «pecado de usar la doctrina como piedras para arrojar».

Sin embargo, el obispo Schneider, obispo auxiliar de Astana, Kazajistán, ha rechazado categóricamente la validez de estos pecados, afirmando que no se encuentran en la revelación divina. En una entrevista con Raymond Arroyo en el programa World Over, Schneider acusó al acto de ser una estrategia para introducir nuevas doctrinas contrarias a las enseñanzas tradicionales de la Iglesia. En su opinión, este evento es «una distorsión que pone en peligro la salvación eterna de los fieles».

La doctrina como expresión de caridad

Uno de los puntos centrales de la crítica de Schneider es la afirmación de que el verdadero amor hacia los demás incluye la transmisión de la doctrina católica sin ambigüedad. Para él, la enseñanza clara y fiel de las verdades de la Iglesia es una de las expresiones más elevadas de caridad, ya que guía a los fieles hacia la verdad y, en última instancia, hacia la salvación.

Schneider subraya que la introducción de doctrinas ambiguas y confusas, como las promovidas en el contexto de la sinodalidad, siembran incertidumbre y debilitan la fe. «Nadie dará su vida por algo ambiguo», señaló el obispo, haciendo hincapié en que solo Cristo, la «roca» y la «verdad», es el fundamento sólido sobre el cual se puede edificar la fe.

Otras críticas: la politización de la penitencia

El obispo Schneider no es el único que ha alzado su voz en contra del acto penitencial del Sínodo. El padre Gerald Murray, sacerdote y canonista de Nueva York, también ha expresado su desacuerdo en una intervención en el mismo programa de Arroyo. Murray describió el evento como una «politización del examen de conciencia», señalando que muchos de los pecados mencionados parecen más bien temas de agenda política.

Murray comparó el evento con las tácticas utilizadas en dictaduras comunistas, en las que se promovía el pensamiento grupal y la sumisión incondicional a las directrices del liderazgo. Para él, este acto penitencial recuerda a los «juicios espectáculo soviéticos» o los de la China comunista, donde las personas eran obligadas a confesar crímenes o faltas que no habían cometido bajo presión del Estado.

El papel del Papa Francisco

Tras la ceremonia de confesión, el Papa Francisco hará una petición pública de perdón, dirigida a Dios y a toda la humanidad, «en nombre de todos los fieles». Esta acción ha sido vista por algunos como un gesto simbólico importante, pero por otros, como Schneider y Murray, como un paso hacia la introducción de cambios doctrinales que podrían afectar negativamente a la Iglesia.

En este contexto, el acto penitencial ha generado preocupación entre quienes temen que el Sínodo se convierta en una plataforma para promover cambios que puedan debilitar los fundamentos de la fe católica. La cuestión de hasta qué punto la sinodalidad debe influir en la doctrina sigue siendo una de las preguntas clave que enfrenta la Iglesia en este momento crucial de su historia.