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“Sínodo sobre sinodalidad no es un sínodo de obispos y Fiducia Supplicans es una sorpresa repugnante”, Cardenal Zen

– A través de un artículo el cardenal Joseph Zen, obispo emérito de Hong Kong, criticó el Sínodo sobre sinodalidad y Fiducia Supplican.

El cardenal Zen plantea serias preocupaciones sobre el Sinodo y cuestiona su funcionamiento

Cardenal Zen

(CATOLIN).– A través de un artículo el cardenal Joseph Zen, obispo emérito de Hong Kong, criticó el Sínodo sobre sinodalidad y señaló que Fiducia Supplican, es contrario a la doctrina católica sobre la bendición de parejas en pecado.

Bajo la pregunta “¿Cómo continuará y terminará el Sínodo?”, el cardenal Zen titula su artículo, advirtiendo que todavía no está claro lo que significa la sinodalidad, palabra que no se puede traducir directamente a varios idiomas.

“Nos dicen que la sinodalidad es un elemento constitutivo fundamental de la vida de la Iglesia, pero al mismo tiempo enfatizan que la sinodalidad es lo que el Señor espera de nosotros hoy. La participación y la comunión son evidentemente características permanentes de la única Iglesia, santa, católica y apostólica. Pero decir que la sinodalidad es «lo que el Señor espera hoy de nosotros», ¿no significa que es algo nuevo? Para no ver en ello una contradicción, debemos entender esta invitación a la sinodalidad no como un deber hacer algo completamente nuevo, sino como dar un nuevo impulso a algo que siempre ha existido en la Iglesia”.

Luego de que el cardenal Zen explicara cómo fue el proceso sinodal en su diócesis, advirtió que no cabe fiarse mucho del resultado final, ya que en recientes sínodos se han introducido cambios que no estaban presentes en las conclusiones finales:
“Dicen que no hay agenda, pero esto ofende nuestra inteligencia, ¿cómo olvidar aquella Nota in Amoris Laetitia (ndr:se refiere a la nota que manipula las enseñanzas de Santo Tomás de Aquino) después de los dos Sínodos sobre la familia? ¿Y esa resolución sobre los “viri probati”, aunque no estuviera incluida en la Exhortación post-sinodal de la Amazonia?”.

Al respecto, habla sobre lo que acontece en Alemania:

“¿Cómo no preocuparnos cuando miramos el “camino sinodal” en Alemania? Un grupo de fieles, no se sabe con qué título de representación, junto con más de la mitad, pero menos de 2/3 de los obispos, hablan casi con complacencia de «abuso sexual», señalando que la causa es el clericalismo, señal de que la constitución de la Iglesia tiene serios problemas y necesita una renovación radical (derrocar la pirámide) y la ética sexual de la Iglesia también necesita adaptarse a la cultura moderna. Este “camino sinodal” aún no ha sido repudiado decisivamente. ¿Recordamos también ese movimiento que estalló en Holanda después del Vaticano II (con el nuevo Catecismo holandés) que llevó a la Iglesia de ese país a languidecer hoy como moribunda?”.

Además, advirtió de lo que ocurre en la Comunión anglicana:

“No parece fuera de lugar mencionar el caso de la Comunión Anglicana. El pobre arzobispo de Canterbury ha recibido una advertencia de los arzobispos de la Global Anglican Future Conference (GAF), que incluye al 85% de la comunión anglicana mundial, para que se arrepienta de haber legitimado la unión homosexual, de lo contrario ya no reconocerán su posición de autoridad”.

Sobre el método usado en la primera fase del sínodo sobre sinodalidad, el cardenal Zen sigue los pasos de Mons. Anthony Fisher, arzobispo de Sidney (Australia) y asume las tesis del P. Anthony Lusvardi, sj, señalando:

“Imponer este método es una manipulación para evitar discusiones. Todo psicología y sociología, no fe y teología”.

Entre otras cosas, critica la manipulación y el secretismo mediático que se impuso en las primeras sesiones del sínodo:
«También hubo una advertencia muy severa respecto al secretismo (casi pontificio) para evitar, dicen, mucha charla mediática. Hubo, sí, una reunión diaria con los periodistas, pero sólo los «buenos», elegidos por los facilitadores, hablaron con los periodistas. Para evitar la charla de los medios, se mantuvo a los fieles en la ignorancia sobre un Sínodo que pretendía ser un modelo de sinodalidad”.

Lo “más grave”, señala que es que:

“un gran número de laicos, hombres y mujeres, participan en el Sínodo con derecho a voto (antes también había religiosos y laicos, pero como expertos y observadores, sin derecho a voto). Entonces, este ya no es un Sínodo de los Obispos (como una botella de vino a la que se le ha añadido mucha agua ya no es lo que debería ser)”.

El cardenal recuerda que un obispo greco-católico desmontó la tesis de que lo que estaba ocurriendo en Roma tuviera algo que ver con la sinodalidad tal y como lo entienden las iglesias ortodoxas, añade:

“El Papa puede convocar cualquier tipo de asamblea para darle el consejo que quiera. Pero en los Sínodos de los Obispos sólo votan estos. Llamar a la reciente asamblea híbrida Primera Sesión del Sínodo de los Obispos fue un grave malentendido”.

Señala que esto no es lo que instituyó San Pablo VI al finalizar el CVII:

“Es preocupante que incluso en el Anuario Pontificio la Secretaría del Sínodo de los Obispos pase a llamarse Secretaría del Sínodo. ¿Qué Sínodo? Un Concilio Ecuménico es también un Sínodo. También hay un Sínodo diocesano. ¿Habrá a partir de ahora también esta asamblea de consulta híbrida con el nombre de Sínodo? Mientras tanto, ha sido eliminado el Sínodo de los Obispos, el que instituyó el Papa Pablo VI al concluir el Vaticano II como instrumento de colegialidad, es decir, como organismo a través del cual el Papa recibe consejos de sus hermanos obispos en el Episcopado”.

Finalmente, el cardenal Zen explica lo ocurrido con Fiducia Supplicans y su relación con el Sínodo:

Antes de Navidad, el 18 de diciembre de 2023, llegó la Declaración « Fiducia supplicans» del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, que justifica la bendición de las parejas homosexuales en determinadas circunstancias. El firmante es el Prefecto del Dicasterio, con el consentimiento firmado del Santo Padre. Primero fue una sorpresa y luego siguió una gran confusión. Un comunicado de prensa, fechado el 4 de enero de 2024, parece ser una media retractación de la Declaración anterior.

Sorpresa, ante todo. Antes del inicio del Sínodo, cinco Cardenales le habíamos hecho al Papa Francisco cinco preguntas o Dubia , a las que esperábamos tener una respuesta clara, ahorrando así tiempo de discusión en el Sínodo. En 24 horas, con una velocidad increíble, llegó una larga respuesta. El autor no podía ser el Santo Padre, sino que debía provenir del arsenal de la Secretaría del Sínodo dispuesto a contrarrestar opiniones contrarias. La Declaración Fiducia supplicans simplemente desarrolla esa ya larga respuesta a la Dubia.

Una sorpresa repugnante. Puesto que el problema ya había llegado a la mesa, era más que razonable esperar hasta la próxima sesión del Sínodo, después de una seria discusión, para brindar una solución. Impedir tal discusión es un acto de increíble arrogancia y falta de respeto hacia los Padres sinodales.

A pesar de las repetidas protestas en la Declaración de que debe evitarse absolutamente la confusión en tales asuntos, la Declaración ha causado inevitablemente una gran confusión y amenaza con una división grave nunca antes vista en la Iglesia”, concluye.



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