«Para ir a Jesús y dejarse curar, Bartimeo debe exponerse en toda su vulnerabilidad»: León XIV
– En la catequesis del 11 de junio de 2025, el Papa León XIV meditó sobre el ciego Bartimeo como símbolo de esperanza para quienes se sienten bloqueados, solos o sin salida. “Jesús nos cura para que podamos ser libres”, afirmó.

Papa León XIV
(CATOLIN). – En una conmovedora audiencia general desde la Plaza de San Pedro, el Papa León XIV continuó el ciclo de catequesis para el Jubileo 2025 titulado Jesucristo, nuestra esperanza, abordando esta vez las parábolas de Jesús, con especial énfasis en la figura de Bartimeo, el ciego de Jericó.
Con un tono pastoral y esperanzador, el Pontífice pidió a los fieles presentar sus heridas más profundas ante el Corazón de Cristo:
“Los invito a presentar ante el Corazón de Cristo las partes más doloridas o frágiles de ustedes, aquellos lugares de su vida en los que se sienten paralizados y bloqueados. ¡Pidamos al Señor con confianza que escuche nuestro grito y nos cure!”
Al reflexionar sobre Bartimeo, el Papa subrayó que este personaje nos enseña a no perder la esperanza, incluso cuando todo parece perdido. El relato del evangelio de Marcos (Mc 10,46-52) muestra a Bartimeo como un hombre excluido, “sentado al borde del camino”, incapaz de seguir a Jesús por sí mismo. “A diferencia del gran movimiento de personas que camina detrás de Jesús, Bartimeo permanece inmóvil”, observó León XIV.
El Papa explicó que, aunque físicamente ciego, Bartimeo ve mejor que los demás: reconoce a Jesús como el “Hijo de David” y no teme gritar su nombre.
“Si realmente deseas algo, haz todo lo posible por conseguirlo, incluso cuando los demás te reprenden, te humillan y te dicen que lo dejes. Si realmente lo deseas, ¡sigue gritando!”
Este grito de fe, señaló el Papa, se convirtió en una oración milenaria que atraviesa la tradición cristiana: “Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de mí, que soy pecador”.
Uno de los momentos más significativos de la catequesis fue la explicación del gesto de Bartimeo al “arrojar su manto”, lo único que tenía para protegerse. “Muchas veces lo que nos bloquea son precisamente nuestras aparentes seguridades… Para ir a Jesús y dejarse curar, Bartimeo debe exponerse a Él en toda su vulnerabilidad”, aseguró.
El Papa también resaltó el poder de la fe como respuesta a la pregunta de Jesús: “¿Qué quieres que haga por ti?” Bartimeo no solo quiere volver a ver, sino levantar la mirada, recuperar su dignidad y libertad interior.
“Jesús nos cura para que podamos ser libres. Él no invita a Bartimeo a seguirlo, sino le dice que se ponga en camino. Marcos, sin embargo, concluye que Bartimeo siguió a Jesús: ¡ha elegido libremente seguir a Aquel que es el Camino!”
Finalmente, el Papa concluyó animando a los fieles a orar no solo por sus propias heridas, sino también por las de los demás:
“Clamemos también por ellos, y estemos seguros de que el Señor nos escuchará y se detendrá”.
Texto completo de la catequesis del Papa León XIV
Catequesis del Papa León XIV – Audiencia general, 11 de junio de 2025
Ciclo de catequesis – Jubileo 2025. Jesucristo, nuestra esperanza. II. La vida de Jesús. Las parábolas. 9. Bartimeo. «¡Ánimo, levántate! Él te llama!» (Mc 10,49)
Queridos hermanos y hermanas:
Con esta catequesis quisiera dirigir nuestras miradas a otro aspecto esencial de la vida de Jesús, esto es, a sus curaciones. Por eso, los invito a presentar ante el Corazón de Cristo las partes más doloridas o frágiles de ustedes, aquellos lugares de su vida en los que se sienten paralizados y bloqueados. ¡Pidamos al Señor con confianza que escuche nuestro grito y nos cure!
El personaje que nos acompaña en esta reflexión nos ayuda a comprender que nunca hay que abandonar la esperanza, incluso cuando nos sentimos perdidos. Se trata de Bartimeo, un hombre ciego y mendigo, que Jesús encontró en Jericó (cf. Mc 10,40-52). El lugar es significativo: Jesús se dirige a Jerusalén, pero comienza su viaje, por así decirlo, desde los «infiernos» de Jericó, ciudad que se encuentra por bajo del nivel del mar. De hecho, Jesús, con su muerte, fue a recuperar a ese Adán que cayó y que nos representa a cada uno de nosotros.
Bartimeo significa «hijo de Timeo»: describe a ese hombre a través de una relación; sin embargo, él está dramáticamente solo. Pero este nombre también podría significar «hijo del honor» o «de la admiración», exactamente lo contrario de la situación en la que se encuentra[1]. Y dado que el nombre es tan importante en la cultura judía, significa que Bartimeo no consigue vivir lo que está llamado a ser.
Además, a diferencia del gran movimiento de personas que camina detrás de Jesús, Bartimeo permanece inmóvil. El evangelista dice que está sentado al borde del camino, por lo que necesita que alguien lo levante y lo ayude a seguir caminando.
¿Qué podemos hacer cuando nos encontramos en una situación que parece sin salida? Bartimeo nos enseña a apelar a los recursos que llevamos dentro y que forman parte de nosotros. Él es un mendigo, sabe pedir, es más, ¡puede gritar! Si realmente deseas algo, haz todo lo posible por conseguirlo, incluso cuando los demás te reprenden, te humillan y te dicen que lo dejes. Si realmente lo deseas, ¡sigue gritando!
El grito de Bartimeo, relatado en el Evangelio de Marcos —«¡Hijo de David, Jesús, ten piedad de mí!» (v. 47)— se ha convertido en una oración muy conocida en la tradición oriental, que también nosotros podemos utilizar: «Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de mí, que soy pecador».
Bartimeo es ciego, ¡pero paradójicamente ve mejor que los demás y reconoce quién es Jesús! Ante su grito, Jesús se detiene y lo llama (cf. v. 49), porque no hay ningún grito que Dios no escuche, incluso cuando no somos conscientes de dirigirnos a Él (cf. Éx 2,23). Parece extraño que, ante un ciego, Jesús no se acerque inmediatamente a él; pero, si lo pensamos bien, es la forma de reactivar la vida de Bartimeo: lo empuja a levantarse, confía en su posibilidad de caminar. Ese hombre puede ponerse de pie, puede resucitar de sus situaciones de muerte. Pero para hacer esto debe realizar un gesto muy significativo: ¡debe arrojar su manto! (cf. v. 50)
Para un mendigo, el manto lo es todo: es la seguridad, es la casa, es la defensa que lo protege. Incluso la ley tutelaba el manto del mendigo y obligaba a devolverlo por la tarde, si había sido tomado en prenda (cf. Ex 22,25). Sin embargo, muchas veces lo que nos bloquea son precisamente nuestras aparentes seguridades, lo que nos hemos puesto para defendernos y que, en cambio, nos impide caminar. Para ir a Jesús y dejarse curar, Bartimeo debe exponerse a Él en toda su vulnerabilidad. Este es el paso fundamental para todo camino de curación.
Incluso la pregunta que Jesús le hace parece extraña: «¿Qué quieres que haga por ti?». Pero, en realidad, no es obvio que queramos curarnos de nuestras enfermedades; a veces preferimos quedarnos quietos para no asumir responsabilidades. La respuesta de Bartimeo es profunda: utiliza el verbo anablepein, que puede significar «ver de nuevo», pero que también podríamos traducir como «levantar la mirada». Bartimeo, de hecho, no solo quiere volver a ver, ¡también quiere recuperar su dignidad! Para mirar hacia arriba, hay que levantar la cabeza. A veces las personas se bloquean porque la vida las ha humillado y solo desean recuperar su propio valor.
Lo que salva a Bartimeo, y a cada uno de nosotros, es la fe. Jesús nos cura para que podamos ser libres. Él no invita a Bartimeo a seguirlo, sino le dice que se vaya, que se ponga en camino (cf. v. 52). Marcos, sin embargo, concluye el relato refiriendo que Bartimeo se puso a seguir a Jesús: ¡ha elegido libremente seguir a Aquel que es el Camino!
Queridos hermanos y hermanas, llevemos con confianza ante Jesús nuestras enfermedades, y también las de nuestros seres queridos, llevemos el dolor de quienes se sienten perdidos y sin salida. Clamemos también por ellos, y estemos seguros de que el Señor nos escuchará y se detendrá.
[1] Es la interpretación que da también Agustín en El consenso de los evangelistas, 2, 65, 125: PL 34, 1138.
CEO de CATOLIN, Lic. en comunicación por la Universidad Anáhuac Veracruz Campus Xalapa, Mtro. en Mercadotecnia por la Universidad de Xalapa, Fotógrafo y rapero católico.