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México, el país más peligroso del mundo para sacerdotes católicos: 850 extorsiones en 2024

– La Iglesia denuncia una ola de ataques, secuestros y asesinatos. Los obispos exigen respeto a la libertad religiosa y el fin de la impunidad criminal.

Bandera de México y catedral de la CDMX

(CATOLIN). – La violencia contra la Iglesia Católica en México ha alcanzado niveles sin precedentes. Con más de 850 casos de extorsión y amenazas de muerte contra sacerdotes solo en 2024, y un promedio de 26 iglesias atacadas cada semana, el país se ha convertido en el más peligroso del mundo para los ministros del culto católico.

Así lo confirma el Centro Católico Multimedial (CCM), que documenta una “intimidación agresiva y sistemática” contra el clero, según declaró el padre Omar Sotelo durante un foro sobre libertad religiosa celebrado en Washington. El panorama es devastador: más de 80 sacerdotes han sido asesinados en los últimos 18 años, una cifra que supera incluso la de otras regiones en conflicto.

El prestigioso autor católico Robert Royal, en su libro “Los mártires del nuevo milenio”, advierte que “los cárteles de la droga no toleran ninguna resistencia, especialmente la que proviene del clero”. Casos recientes han conmocionado a la sociedad mexicana y a la comunidad internacional. En abril de este año, el padre Jesús Yovani Gómez Cruz fue secuestrado en Sinaloa y liberado días después. En 2024, el obispo emérito Salvador Rangel Mendoza fue hallado drogado y golpeado tras su desaparición en Cuernavaca.

Uno de los asesinatos más brutales ocurrió en junio de 2022, cuando los jesuitas Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar fueron ejecutados dentro de una iglesia en la Sierra Tarahumara. En octubre de 2024, el sacerdote indígena Marcelo Pérez, defensor de los pueblos originarios, fue asesinado en Chiapas pese a contar con medidas de protección de la CIDH.

Otro caso es el del padre José Filiberto Velázquez Florencio, defensor de víctimas de violencia en Guerrero, quien ha sobrevivido a múltiples atentados. En entrevista con el diario Die Tagespost, denunció que trabajan “en un entorno dominado por grupos armados, narcotráfico y corrupción”, donde “la connivencia entre instituciones judiciales y criminales alimenta la impunidad”.

Frente a este escenario, la Iglesia mexicana no ha permanecido en silencio. En marzo de 2025, tras el hallazgo de un “centro de exterminio” en Jalisco, los obispos emitieron un comunicado enérgico: “Una de las expresiones más crueles de maldad y miseria humanas que hemos presenciado en nuestro país”. Convocaron además a una jornada nacional de oración por los desaparecidos y exigieron el fin de la complicidad entre el crimen organizado y sectores políticos.

En su mensaje de Cuaresma, los obispos mexicanos reafirmaron su misión: “Ser la voz de los que no tienen voz y contribuir incansablemente a la construcción de un país donde prevalezcan la justicia, la verdad y el respeto absoluto por la dignidad humana”.

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