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Fiducia supplicans «es problemática» y «conduce a la herejía», cardenal Müller

– El cardenal alemán sentencia que «estas bendiciones pastorales para las uniones irregulares no pueden ser aceptadas por los fieles católicos».

Cardenal Muller aborda la infalibilidad papal y la obediencia en entrevista

Camino sinodal Alemán

(CATOLIN).– A través de un artículo publicado en First Things, el ex prefecto de Doctrina de la Fe, cardenal Gerhard Müller, ha vuelto a pronunciarse sobre Fiducia supplicans.

El cardenal Gerhard Müller explica que lo que ha provocado la crítica de muchos obispos es que «al permitir la bendición de parejas que tienen relaciones sexuales fuera del matrimonio, especialmente parejas del mismo sexo, se niega la enseñanza católica en la práctica, si no en palabras. La crítica se basa en un sólido principio tradicional: lex orandi, lex credendi, el principio de que la forma en que la Iglesia ora refleja lo que la Iglesia cree».

Al respecto, ejemplifica que: «si alguien afirmara con palabras la enseñanza católica sobre el bautismo, pero luego admitiera en la Eucaristía a aquellos que no están bautizados, estaría rechazando la enseñanza católica. Santo Tomás dijo que tales contradicciones creaban “falsedad en los signos sacramentales”».

El ex prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe sostiene que «la cuestión, entonces, es si aceptar las “bendiciones” “pastorales” y no litúrgicas propuestas por Fiducia Supplicans para parejas en situaciones irregulares es negar la doctrina católica, no en una afirmación explícita, sino en la práctica. El comunicado de prensa del DDF no responde a esta pregunta».

Además, señala que Fiducia Supplicans sostiene que estas nuevas “bendiciones pastorales” para parejas en situación irregular no son litúrgicas. Ahora bien, «esta distinción entre bendiciones es una novedad que introduce la Fiducia Supplicans, que no tiene el más mínimo fundamento en las Escrituras, ni en los Santos Padres, ni en el Magisterio». «Fiducia Supplicans afirma que las “bendiciones pastorales” no son litúrgicas. Sin embargo, tienen una estructura litúrgica, según el ejemplo dado en el comunicado de prensa del DDF (una oración acompañada de la señal de la cruz)».

«Toda bendición, cualquiera que sea su solemnidad, implica la aprobación de lo que se bendice. Esto es lo que nos enseña la constante tradición de la Iglesia, basada en la Sagrada Escritura». En ese sentido, Müller afirma que «no se puede invocar una bendición sobre relaciones o situaciones que contradicen o rechazan el orden de la creación, como las uniones basadas en la práctica homosexual».

Gerhard Müller hace hincapié en que «si fuera cierto que estas bendiciones pastorales no legitiman nada, no habría problema en bendecir pastoralmente la unión. El esfuerzo del DDF por aclarar que la unión no es bendecida delata que el DDF considera la “bendición pastoral” una aprobación y, por lo tanto, insiste en que es la pareja y no la unión la que es bendecida».

Por ello, argumenta que «dada la imposibilidad de distinguir entre bendiciones litúrgicas y pastorales, hay que concluir que Fiducia Supplicans es doctrinalmente problemática, por mucho que afirme la doctrina católica con palabras».

Críticas al prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe

Entre otras cosas, Gerhard Müller sostiene que «cuando el Cardenal Víctor Manuel Fernández, prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, discutió cómo dar estas bendiciones, dio a entender que no se trata de bendecir a la pareja. Por ejemplo, sugirió que la señal de la cruz se hiciera sobre cada persona, no sobre la pareja. Sin embargo, el cardenal no quiso aclarar que la pareja no puede ser bendecida y siguió aceptando signos –como la oración común sobre las dos personas– que dan legitimidad ante los ojos de la Iglesia a la existencia de la pareja como un bien para las personas unidas».

Además, critica que el cardenal Fernández «se ha negado a condenar ciertas bendiciones, como la que dio el P. James Martin públicamente, que están claramente dirigidas a la pareja».

Finalmente dijo que recientemente ha habido «un nuevo cambio semántico en las explicaciones oficiales de Fiducia Supplicans. Ya no hablan de dar la bendición a “parejas”, sino a “personas”», añade el cardenal en referencia a las últimas aclaraciones del Papa sobre esta cuestión. El cardenal Müller desmonta esta argumentación al asegurar que «bendecir a dos personas juntas que están juntas precisamente por la relación homosexual que las une no es diferente a bendecir la unión. Por mucho que se repita que no se está bendiciendo la unión, eso es exactamente lo que se está haciendo por la objetividad misma del rito que se realiza».

Fiducia supplicans: Conduce a la herejía y es problemática

El ex prefecto de Doctrina de la Fe llega a la conclusión de que Fiducia supplicans defiende «una doctrina contraria a las enseñanzas de la Iglesia católica, ya que su aceptación (las relaciones sexuales homosexuales), aunque no sea directamente herética, conduce lógicamente a la herejía».

«Fiducia Supplicans debe considerarse doctrinalmente problemática, ya que contiene una negación de la doctrina católica».

El cardenal Müller muestra como un «buen pastor se acerca a cada persona en dificultad como maestro de los mandamientos de Dios, lo recomienda a la oración de Dios y, en el caso de pecado grave, lo conduce al arrepentimiento, a la confesión y a la renovación de la vida mediante el perdón en la absolución sacramental».

«Mientras el Dicasterio para la Doctrina de la Fe no corrija la Fiducia Supplicans aclarando que las bendiciones no pueden darse a la pareja, sino sólo a cada persona individualmente, el DDF está aprobando declaraciones que son contrarias al menos al segundo párrafo de la Profesión de Fe, es decir, se trata de aprobar declaraciones contrarias a las enseñanzas de la Iglesia Católica, que, sin ser heréticas en sí mismas, conducen a la herejía«.

El cardenal alemán sentencia que «estas bendiciones pastorales para las uniones irregulares no pueden ser aceptadas por los fieles católicos«.

Finalmente, el cardenal Müller subraya que «esta negativa a aceptar la Fiducia Supplicans, que puede expresarse públicamente en lo que respecta al bien común de la Iglesia, no implica ninguna falta de respeto hacia el Santo Padre, que firmó el texto de la Fiducia Supplicans».



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