(CATOLIN).- En los casi 200 años de existencia de la diócesis de Limburgo, liderada por Mons. Georg Bätzing, presidente de la Conferencia Episcopal alemana, ningún sacerdote fue ordenado en el año 2023, marcando un hito significativo en la historia de la Iglesia católica en la región.

En una entrevista con ZEIT, el obispo Bätzing expresó su preocupación por la falta de interés en la vocación sacerdotal, afirmando: «Lo que me preocupa es que ya casi nadie quiere ser sacerdote, porque no hay Iglesia católica sin sacerdotes.»

El temor del obispo encuentra eco en la contradicción evidente entre la formación de seminaristas y la promoción del sacerdocio ordenado. Mons. Bätzing nombró al Dr. Christof May como rector del seminario, pero las declaraciones de uno de los últimos sacerdotes ordenados revelan un enfoque diferente.

«En mi cuidadosa interacción con las personas, me gustaría promover la vocación sacerdotal bautismal del individuo… para ser compañero del pueblo de Dios peregrino con el fortalecimiento del sacerdocio bautismal voluntario,» expresó el sacerdote, señalando una perspectiva que parece distanciarse de la tradicional vocación sacerdotal.

En septiembre de 2023, el profesor de teología Thomas Laubach hizo eco de estas tendencias al declarar al periódico Sonntag: «Los primeros cristianos celebraban servicios religiosos en privado en las casas. Comer juntos, ayudarnos unos a otros. No necesitan un sacerdote ni una comunidad eclesial para su forma de creer. Los creyentes se organizan ellos mismos».

Esta falta de interés en la ordenación sacerdotal y las perspectivas teológicas divergentes plantean desafíos significativos para la diócesis de Limburgo y, por extensión, para la Iglesia católica en Alemania.