(CATOLIN).- En una entrevista reciente con El País, Ángel Víctor Torres, ministro de Política Territorial y Memoria Democrática del gobierno social-comunista de España, ha revelado los planes del gobierno para transformar el Valle de los Caídos (Cuelgamuros) en un centro laico. Esta medida implicaría la salida de los monjes benedictinos y la desacralización de la basílica, un acto sin precedentes en la historia contemporánea de España.

El ministro Torres fue contundente en su declaración: «Si fuera por nosotros, hubiésemos avanzado más en las exhumaciones en el Valle de Cuelgamuros, ya no estarían allí los monjes benedictinos …, pero ha habido muchas citas electorales. Ahora hemos puesto velocidad de crucero». Estas palabras reflejan la determinación del gobierno para acelerar las reformas en este controvertido lugar.Ante la pregunta sobre la posibilidad de que los benedictinos permanezcan en el Valle, Torres respondió tajantemente: «Queremos que se vayan. Estamos hablando con ellos y con las autoridades eclesiásticas. Debe ser un centro laico que sirva para explicar la guerra y lo que vino después. No cabe que se queden». Esta afirmación deja claro que el gobierno busca un cambio radical en la función y la gestión del sitio.

A pesar de la resistencia encontrada, similar a la que hubo para la exhumación de Francisco Franco, el ministro mostró confianza en que la justicia apoyará sus iniciativas: «No quieren irse, hay cierta resistencia, pero también la hubo para exhumar los restos de Francisco Franco y al final la justicia lo avaló».

El Valle de los Caídos ha sido, durante décadas, un lugar de significación religiosa y memoria histórica. Sin embargo, el ministro Torres expresó su preocupación por la falta de adoctrinamiento gubernamental en la interpretación de los hechos históricos de España, desde la II República hasta el régimen franquista. Esta postura ha generado polémica, especialmente entre aquellos que ven en este movimiento un ataque directo a la Iglesia Católica y a la memoria histórica del país.

Cabe destacar que la basílica del Valle de los Caídos es un templo sagrado, y su desacralización es una prerrogativa exclusiva de la Iglesia. El papa Pío XII, en el breve pontificio Stat Crux del 27 de mayo de 1958, estableció la erección del monasterio en abadía, un caso único en el siglo XX con respecto a la Orden de San Benito. Por lo tanto, ni el arzobispo de Madrid ni la Conferencia Episcopal Española tienen autoridad para decidir sobre el destino de la comunidad benedictina del Valle.

El presidente del gobierno, Pedro Sánchez, ya conocido por la exhumación de Francisco Franco, podría pasar a la historia por esta nueva controversia. Sus acciones podrían ser vistas como un intento de reavivar la persecución contra la Iglesia en España, comparándolo incluso con el presidente turco Recep Tayyip Erdogan, quien transformó la basílica de Santa Sofía en una mezquita.