(CATOLIN).– A pocos días del inicio de la segunda sesión del Sínodo sobre la Sinodalidad, prevista para octubre de 2024, dos destacados religiosos, el dominico Timothy Radcliffe y el jesuita James Martin, han reavivado el debate sobre la enseñanza católica respecto a la homosexualidad. Ambos han hecho públicas sus posiciones, que entran en conflicto con la doctrina oficial de la Iglesia Católica sobre el tema, atrayendo atención mediática y generando polémica.

Radcliffe, de 79 años, quien participó como asistente espiritual en la primera asamblea del sínodo en 2023, ha sido un defensor constante de una visión pastoral más abierta hacia los católicos homosexuales. En un artículo publicado el 19 de septiembre en L’Osservatore Romano, el periódico oficial del Vaticano, Radcliffe argumentó que los «deseos homosexuales», como todos los deseos humanos, son «dados por Dios» y necesitan ser «educados» en lugar de reprimidos. Además, elogió a los «católicos gays maduros» que mantienen relaciones comprometidas, indicando que la enseñanza de la Iglesia sobre la homosexualidad está evolucionando.

En su reflexión, Radcliffe afirmó: «La enseñanza de la Iglesia ya está evolucionando, renovada por la experiencia vivida: las personas homosexuales ya no son vistas solo en términos de actos sexuales, sino como nuestros hermanos y hermanas, quienes, según el Papa Francisco, pueden ser bendecidos». Sus declaraciones han sido interpretadas como una señal de que sectores dentro de la Iglesia buscan una revisión de la doctrina para ser más inclusivos con las personas homosexuales.

Por otro lado, el jesuita James Martin, un conocido defensor de los derechos LGBTQ dentro de la Iglesia y fundador del grupo Outreach, también ha estado activo en este debate. En un artículo publicado en America Magazine el 19 de septiembre, Martin compartió las conversaciones que ha mantenido con delegados del sínodo sobre las «cuestiones LGBTQ». Según Martin, algunos participantes del sínodo han expresado su preocupación por la ideología LGBTQ, señalando que podría ser percibida como una forma de neocolonialismo cultural impuesta a culturas más tradicionales.

La posición oficial de la Iglesia

La postura oficial de la Iglesia Católica sobre la homosexualidad está claramente establecida en el Catecismo de la Iglesia Católica. Este enseña que las personas con tendencias homosexuales «deben ser acogidas con respeto, compasión y delicadeza», pero subraya que los actos homosexuales son «intrínsecamente desordenados» y «bajo ninguna circunstancia pueden ser aprobados» (CIC, 2357-2358). Asimismo, el Catecismo recalca que las personas con atracción por el mismo sexo están llamadas a la castidad y a vivir en conformidad con la enseñanza moral de la Iglesia a través del autocontrol, la oración y la gracia sacramental (CIC, 2359).

Organizaciones como Courage International juegan un papel importante en la vida de muchos católicos homosexuales que desean vivir según las enseñanzas de la Iglesia. Esta organización brinda apoyo espiritual y pastoral a personas con atracción por el mismo sexo, promoviendo la castidad y ayudando a sus miembros a crecer en santidad y a profundizar en su relación con Dios.