(CATOLIN).- La ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de París ha generado una fuerte controversia a nivel global por incluir escenas que muchos consideran una burla al cristianismo. Ante esta situación, los obispos de Francia han reaccionado, expresando su profunda preocupación y descontento.

A través de un comunicado de prensa, la Conferencia Episcopal de Francia destacó los aspectos positivos del evento: “La ceremonia de apertura ofreció al mundo entero momentos maravillosos, de belleza, de alegría, ricos de emociones y universalmente elogiados”. Sin embargo, el mismo comunicado también subrayó: “La ceremonia incluyó escenas de burla y desprecio al cristianismo, que deploramos profundamente”.

Las críticas se centraron principalmente en una parodia de la Última Cena con drag queens, una actuación que muchos consideraron blasfema. Esta representación formó parte de un espectáculo dirigido por Thomas Jolly, quien se autodenomina queer y defendió su obra afirmando que proyecta “valores comunes”.

Solidaridad y Reacciones Internacionales

Tras la ceremonia, numerosos líderes de otras confesiones religiosas expresaron su solidaridad con la Iglesia católica francesa. “Pensamos en todos los cristianos de todos los continentes que se han visto heridos por el exceso y la provocación de determinadas escenas”, aseguraron los obispos franceses en su comunicado. Además, hicieron un llamado a comprender que “la celebración olímpica va mucho más allá de los prejuicios ideológicos de unos pocos artistas”.

Mons. François Touvet, presidente del Consejo para la Comunicación del episcopado francés y obispo coadjutor de la diócesis de Fréjus-Toulon, apoyó el comunicado en una publicación en redes sociales, declarando: “Protestamos, como muchos, contra este escandaloso y grave insulto cometido contra los cristianos en todo el mundo, sin olvidar los demás excesos del espectáculo”.

Reacciones Políticas y Sociales

La indignación no se limitó a los líderes religiosos. Marion Maréchal, nieta de Jean-Marie Le Pen, expresó en X (anteriormente Twitter): “A todos los cristianos de todo el mundo que ven la ceremonia inaugural y se sienten insultados por esta parodia drag queen de la Última Cena, sepan que no es Francia la que habla, sino una minoría de izquierda dispuesta a cualquier provocación”.

El fundador de Tesla, Elon Musk, también criticó la exhibición, calificándola de “extremadamente irrespetuosa hacia los cristianos”. Harrison Butker, jugador de la NFL conocido por su discurso sobre la fe católica, citó las escrituras para condenar la exhibición, escribiendo: “No os engañéis, Dios no puede ser burlado. Porque todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra en su carne, de la carne también segará corrupción. Pero el que siembra en el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. Gálatas 6:7-8”.

Críticas Desde el Mundo Deportivo y Político

En España, el presidente de la Liga de Fútbol Profesional, Javier Tebas, calificó el espectáculo de “inaceptable, irrespetuoso, infame”. Tebas afirmó que “usar la imagen de la Última Cena en los Juegos Olímpicos de París es un insulto para los que somos cristianos. ¿Dónde queda el respeto por las creencias religiosas?”.

Mons. José Ignacio Munilla, obispo de Orihuela-Alicante, también criticó la escenografía, describiéndola como “blasfema y deplorable”. Añadió que “el islamismo fundamentalista se frota las manos viendo cómo nosotros mismos nos ‘suicidamos’ espiritual y físicamente”.

La ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de París 2024, dirigida por Thomas Jolly, quedará registrada como uno de los eventos más polémicos en la historia reciente del olimpismo.