El Papa Francisco defiende la inclusión de laicos en el Sínodo: «No socava la dimensión episcopal de la Asamblea»
– A pesar de las críticas de algunos teólogos y canonistas, el Pontífice defendió firmemente la inclusión de laicos, religiosos y sacerdotes en la Asamblea, argumentando que esta ampliación no debilita la dimensión «episcopal» del sínodo, sino que la enriquece.

El Papa durante la primera sesión del Sínodo
(CATOLIN).– El 2 de octubre de 2024, el Papa Francisco inauguró la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos con un mensaje contundente y claro sobre la naturaleza del proceso sinodal. A pesar de las críticas de algunos teólogos y canonistas, el Pontífice defendió firmemente la inclusión de laicos, religiosos y sacerdotes en la Asamblea, argumentando que esta ampliación no debilita la dimensión «episcopal» del sínodo, sino que la enriquece.
Desde que inició este camino sinodal en octubre de 2021, la Iglesia ha debatido cómo convertirse en una Iglesia verdaderamente sinodal, misionera y misericordiosa. El Papa subrayó que la clave de este proceso es el Espíritu Santo, cuya guía es esencial para construir una Iglesia que escuche, acoja y discierna junto a su pueblo.
La participación ampliada y el debate sobre la naturaleza del Sínodo
Lo que alguna vez fue un sínodo exclusivo para obispos ha evolucionado con la participación de otras voces. La decisión del Papa de incluir a miembros no episcopales como participantes plenos, con derecho a voto en la Asamblea, ha sido considerada por algunos como una «revolución» dentro de la estructura tradicional del Sínodo de los Obispos. Críticos argumentan que esta medida socava la colegialidad episcopal, y que transformar el sínodo en un espacio donde también participan laicos, religiosos y sacerdotes es un desvío de la tradición canónica.
No obstante, el Papa Francisco sostuvo que esta apertura no disminuye la autoridad de los obispos, sino que refleja una comprensión más inclusiva y colegial de su ministerio. Durante su discurso, el Pontífice enfatizó que los obispos no pueden ejercer su ministerio sin el pueblo de Dios. «Ningún obispo puede concebir su misión sin el otro», afirmó el Papa, destacando que la misión evangelizadora de la Iglesia necesita de la participación y la voz de todos los fieles.
La sinodalidad como «arte sinfónico»
El Papa también introdujo el concepto de «arte sinfónico», una metáfora que destaca la necesidad de unir diversos ministerios y carismas en armonía, todos al servicio de la misericordia de Dios. Francisco explicó que el sínodo es un proceso espiritual, donde la clave es aprender a escuchar y discernir la voz del Espíritu Santo. Este arte sinfónico es un llamado a la Iglesia para ser un cuerpo integrado, donde cada miembro, sea obispo, sacerdote o laico, tiene un papel vital que desempeñar en la misión de la Iglesia.
El Papa insistió en que la sinodalidad no es solo un método de gobierno eclesial, sino una expresión profunda de comunión, arraigada en la vida del Espíritu Santo. «La Iglesia no puede caminar sola. Necesitamos del Espíritu Santo para discernir los pasos que debemos seguir», subrayó el Pontífice.
Espíritu Santo como fuente de consuelo y humildad
En un contexto marcado por desafíos globales y tensiones internas en la Iglesia, Francisco resaltó el papel central del Espíritu Santo como fuente de consuelo y esperanza. Invitó a los miembros de la Asamblea a confiar en que el Espíritu los guía incluso en los momentos de mayor incertidumbre o dificultad, recordándoles que el amor de Dios es inagotable.
El Papa también hizo hincapié en la humildad como un don esencial del Espíritu, uno que permite a los cristianos ver el mundo de manera justa y reconocer que nadie es superior al otro. Esta humildad, según el Papa, es crucial para el proceso sinodal y para la misión de la Iglesia en el mundo. «El perdón es clave para comprender el plan de Dios. No podemos juzgar a los demás sin primero mirar nuestras propias faltas», añadió Francisco.
La visión del Concilio Vaticano II y el ministerio episcopal
El discurso del Papa Francisco también estuvo alineado con las enseñanzas del Concilio Vaticano II, que promovió una visión del ministerio episcopal arraigada en la comunión con el pueblo de Dios. Según el Papa, el obispo no es un líder aislado, sino alguien cuyo servicio está profundamente conectado con la comunidad que le ha sido confiada. «No podemos imaginar un ministerio episcopal fuera de la comunión con el pueblo de Dios», dijo Francisco.
Esta afirmación refuerza la inclusión de laicos y religiosos en la Asamblea, algo que algunos consideran un retorno a los principios de mayor participación y corresponsabilidad promovidos por el Concilio.

CEO de CATOLIN, Lic. en comunicación por la Universidad Anáhuac Veracruz Campus Xalapa, Mtro. en Mercadotecnia por la Universidad de Xalapa, Fotógrafo y rapero católico.