Delegado Católico Critica Parodia de la Última Cena en Juegos Olímpicos de París
– Emmanuel Gobilliard, obispo de Digne y delegado de la Iglesia católica en Francia para los Juegos Olímpicos, expresó su profundo descontento y preocupación por este acto durante una entrevista con La Croix.
Emmanuel Gobilliard
(CATOLIN).- La inauguración de los Juegos Olímpicos de París 2024 ha generado una intensa controversia debido a una parodia de «La Última Cena» de Leonardo da Vinci, protagonizada por drag queens. Emmanuel Gobilliard, obispo de Digne y delegado de la Iglesia católica en Francia para los Juegos Olímpicos, expresó su profundo descontento y preocupación por este acto durante una entrevista con La Croix.
En sus declaraciones, Gobilliard afirmó rotundamente que «el derecho a la blasfemia no tiene cabida en el marco del Olimpismo». Esta postura se alinea con el reciente comunicado de la Conferencia Episcopal Francesa, que también manifestó su malestar por la escena presentada en la ceremonia de apertura.
Gobilliard argumentó que la parodia no ayudó a «promover el espíritu de unidad, fraternidad y encuentro» que los Juegos Olímpicos buscan fomentar. «El espectáculo parecía tener un fuerte prejuicio ideológico,» añadió, cuestionando hasta qué punto llega la inclusividad que se intentó promover en la ceremonia. El obispo también señaló que muchos cristianos se sintieron heridos o excluidos por la representación, confesando que él mismo se sintió profundamente afectado.
Frente a las defensas del «derecho a la blasfemia», Gobilliard subrayó que, aunque es legítimo para los artistas expresar sus ideas, la Carta Olímpica prohíbe expresiones políticas, ideológicas o religiosas durante los Juegos. «Es importante recordar que el espíritu olímpico debe centrarse en la unidad y la celebración del talento deportivo, no en la promoción de divisiones,» puntualizó.
En respuesta a la polémica, Anne Descamps, directora de comunicación de los Juegos Olímpicos de París, emitió disculpas públicas a aquellos que se sintieron ofendidos. Descamps insistió en que la intención de la ceremonia era celebrar la tolerancia y la diversidad, y no ofender a ningún grupo religioso. «Lamentamos profundamente si alguien se sintió ofendido,» concluyó.
La polémica ha abierto un debate más amplio sobre los límites de la libertad de expresión y el respeto a las creencias religiosas en el contexto de eventos internacionales de gran envergadura como los Juegos Olímpicos.
CEO de CATOLIN, Lic. en comunicación por la Universidad Anáhuac Veracruz Campus Xalapa, Mtro. en Mercadotecnia por la Universidad de Xalapa, Fotógrafo y rapero católico.