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Controversia litúrgica en Carolina del Norte: Obispo de Charlotte desata indignación internacional por medidas contra la tradición católica

– Mons. Michael Martin propone suprimir el uso del latín, los comulgatorios y oraciones tradicionales en toda la diócesis, desatando reacciones globales entre fieles y expertos.

Hermano Fray Michael Thomas MARTIN

Fray Michael Thomas Martin

(CATOLIN). – La Diócesis de Charlotte, en Carolina del Norte (EE. UU.), se encuentra en el centro de una creciente polémica litúrgica que ha trascendido fronteras. La filtración de un borrador de nuevas normas litúrgicas redactado por su obispo, Mons. Michael Martin, ha desatado una ola de críticas por su intención de suprimir prácticas tradicionales profundamente arraigadas en la Iglesia católica.

El documento, publicado inicialmente por el blog Rorate Caeli y confirmado por el National Catholic Register, revela que el obispo Martin busca eliminar el uso del latín en la Misa Novus Ordo, los comulgatorios, las oraciones tradicionales al pie del altar —incluyendo la Oración a San Miguel— y prohibir la orientación ad orientem del sacerdote durante la celebración eucarística. Según el prelado, el propósito sería «purificar y unificar la celebración de la Misa», en aparente referencia a Sacrosanctum Concilium, la constitución pastoral del Concilio Vaticano II sobre la sagrada liturgia.

La controversia se intensificó pocos días después de que el mismo obispo anunciara el 23 de mayo la drástica reducción de las celebraciones de la Misa Tradicional en Latín (MTL) en su diócesis, limitándolas a un solo lugar no parroquial a partir del 8 de julio. Esta medida, que Martin afirma estar en línea con Traditionis Custodes, el motu proprio del Papa Francisco de 2021, contrasta con la extensión temporal de exención que aún tenía la diócesis.

La filtración ha provocado reacciones entre fieles, académicos y clérigos. El liturgista británico Matthew Hazell criticó el enfoque del obispo, señalando que encarna la “hermenéutica de discontinuidad y ruptura” que Benedicto XVI advirtió respecto a las reformas litúrgicas. “En lugar de permitir que el Novus Ordo se celebre conforme a sus propias rúbricas y en continuidad con la tradición, el obispo Martin lo presenta como algo completamente nuevo”, afirmó Hazell.

Otros expertos y líderes católicos han calificado algunas de las disposiciones del borrador como innecesariamente estrictas o incluso ideológicas. Tal es el caso de la prohibición a las mujeres lectoras, cantoras o monaguillas de usar velo, una medida que la historiadora Bronwen McShea tildó de “control excesivo” y clericalista. Incluso Mike Lewis, crítico habitual del tradicionalismo litúrgico, confesó su sorpresa ante normas como la prohibición del uso de velas en el altar.

En contraste con otros prelados como el cardenal Blase Cupich en Chicago, quienes al restringir la MTL incorporaron elementos tradicionales como el canto gregoriano o el latín, el obispo Martin parece optar por una ruptura total con dichas expresiones.

La Diócesis de Charlotte respondió a las críticas afirmando que el documento filtrado “es un borrador inicial que ha sufrido cambios importantes durante varios meses” y que aún se encuentra en proceso de revisión. Liz Chandler, directora de comunicaciones diocesanas, aseguró que el texto será revisado a fondo en línea con las disposiciones del Concilio Vaticano II y la Instrucción General del Misal Romano.

En el borrador, Martin justificaba las normas bajo el principio de una participación laical “plena, consciente y activa”, citando Sacrosanctum Concilium. Sin embargo, la Conferencia de Obispos Católicos de EE. UU. (USCCB) ha señalado previamente que el Vaticano II insta a “fomentar el uso del latín”, especialmente en el canto litúrgico y las partes comunes del Ordinario de la Misa.

El impacto de estas propuestas ha resonado también entre los fieles de base. Amy Jay, feligresa en Boone, expresó su tristeza ante la posibilidad de que su comunidad pierda elementos fundamentales de su vida espiritual. “Decirle a mis hijos que ya no podremos usar reclinatorios, cantar himnos antiguos o que no podré cubrirme la cabeza mientras canto, es profundamente desalentador”, comentó.

A día de hoy, no existe un calendario oficial para la implementación de las nuevas normas litúrgicas. No obstante, el caso de Charlotte se perfila como un punto de referencia clave para analizar cómo evolucionará el tratamiento de la liturgia tradicional en la Iglesia católica en el contexto del nuevo pontificado tras el fallecimiento del Papa Francisco.

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