(CATOLIN). – Lo que debía ser una celebración cultural terminó en un escándalo de profanación. Durante el «Festival Medieval de Provins», celebrado del 14 al 15 de junio, la histórica Colegiata de Saint-Quiriace, aún dedicada al culto católico, fue utilizada como un espacio comercial en el que se promovieron contenidos esotéricos y simbología satánica, incluyendo representaciones humanas con cuernos y pezuñas, trajes de sátiros, personas semidesnudas y publicaciones de contenido ocultista.

Las imágenes que circularon en redes sociales causaron consternación entre fieles católicos y ciudadanos locales, al ver la iglesia transformada en un escenario grotesco alejado de su función sagrada. El evento se presentó como una reconstrucción de la “vida cotidiana” en la Edad Media, pero terminó promoviendo una visión distorsionada y anticristiana de esa época.

Los organizadores del festival —cuya primera edición se remonta a 1984— anunciaron que los asistentes podrían “vivir la Edad Media”, pero muchos han denunciado que se trató más bien de una burla que trivializó lo sagrado y promovió una visión oscurantista del cristianismo medieval. La Colegiata, ubicada en una ciudad catalogada como Patrimonio Mundial por la UNESCO, fue utilizada como “mercado cubierto” para este tipo de expresiones sin respeto alguno por su carácter sagrado.

En nombre de la Diócesis de Meaux, los obispos Jean-Yves Nahmias y Guillaume de Lisle expresaron públicamente su tristeza por lo ocurrido y afirmaron que «el carácter sagrado de este lugar ha sido gravemente violado». Denunciaron también «comportamientos inapropiados por parte de expositores e invitados» que han socavado la dignidad espiritual del templo.

Aunque en Francia muchas iglesias son propiedad del Estado y se utilizan a veces para eventos culturales, estos suelen ser acordes al carácter del espacio (como conciertos de órgano o actividades de contenido religioso o artístico respetuoso). En este caso, la confianza concedida por las autoridades eclesiásticas fue traicionada por los organizadores, que distorsionaron completamente el propósito del evento.

La diócesis lamentó este ejemplo de desacralización creciente de los templos y anunció una misa de reparación que se celebrará en la misma Colegiata de Saint-Quiriace el domingo 22 de junio a las 10:30 a.m., presidida por Mons. de Lisle y concelebrada por sacerdotes del centro misionero local. En su comunicado final, la diócesis escribió: «Que el Señor nos conceda la paz, el perdón y la fidelidad al Evangelio».