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Preocupa en Francia la salud mental y física de los sacerdotes: uno de cada cinco muestra síntomas depresivos

– Un estudio de la Conferencia Episcopal Francesa revela altos índices de agotamiento, sobrepeso y baja satisfacción ministerial entre el clero; el obispo Benoît Bertrand urge a reforzar el acompañamiento y el cuidado pastoral.

Preocupa en Francia la salud mental y fisica de los sacerdotes uno de cada cinco muestra sintomas depresivos

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(CATOLIN). – La Iglesia en Francia enfrenta con alarma los resultados de una investigación encargada por la Conferencia Episcopal Francesa, que pone en evidencia la frágil situación física y psicológica de muchos de sus sacerdotes. Según los datos recogidos en 2020, de los 6.300 presbíteros en activo que participaron en la encuesta, el 20 % presenta síntomas depresivos, un 2 % sufre síndrome de burnout y una proporción significativa padece sobrepeso o signos de adicciones.

De acuerdo con Vatican News, la encuesta revela además que un 40 % de los sacerdotes describe su nivel de satisfacción en el ministerio como «relativamente bajo». «Todo esto ha alarmado a los obispos», reconoció Benoît Bertrand, obispo de Pontoise, quien participó en la elaboración del informe. Bertrand atribuye esta realidad a factores como la crisis sanitaria de la COVID-19, la presión social, los escándalos recientes y la soledad que enfrentan muchos presbíteros.

La reciente noticia del suicidio del joven jesuita Don Matteo Balzano en Italia ha intensificado la preocupación por el bienestar emocional de quienes ejercen el sacerdocio. «Un sacerdote que no se encuentra bien en su vida personal, espiritual, física o psíquica difícilmente puede vivir con alegría su ministerio», advirtió Bertrand, recordando que el impacto de esta situación recae directamente en las comunidades cristianas.

Como medidas iniciales, el obispo propone dar mayor visibilidad a estos datos para sensibilizar a las comunidades, promover revisiones médicas regulares, planificar tiempos de descanso y fortalecer las relaciones interpersonales dentro de la Iglesia. Bertrand subraya la importancia de que los fieles colaboren con gestos sencillos de cercanía, como invitar a los sacerdotes a compartir una comida o brindarles un espacio de diálogo y escucha.

El obispo reconoce, sin embargo, que los sacerdotes, por su carácter reservado, suelen tener dificultad para expresar sus cargas: «Estamos acostumbrados a que los sacerdotes estén siempre disponibles, pero ellos también necesitan apoyo y deben estar dispuestos a abrirse cuando atraviesan momentos difíciles». Incluso los obispos, afirma Bertrand, enfrentan este mismo agotamiento: «Por supuesto, no somos héroes». Por ello, la Conferencia Episcopal ha comenzado a fomentar visitas de apoyo entre obispos y laicos para sostener la misión pastoral. Su consejo es claro: aprender a poner límites. «A veces hay que tener el valor de decir: ‘Lo siento, pero ahora no es posible. Nos vemos en dos semanas, en un mes o en dos meses’», concluyó.

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