(CATOLIN).– En una controvertida medida, el Papa Francisco ha ordenado la retirada de todos los escudos de Benedicto XVI de las casullas litúrgicas, coincidiendo con el primer aniversario de la muerte del ex pontífice.

Según informa el blog «Silere non possum», el Maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias y los trabajadores de la Sacristía Pontificia fueron los encargados de llevar a cabo la decisión.

Las casullas, que representan los cuatro colores litúrgicos, fueron enviadas a la sastrería para sustituir el escudo de Benedicto XVI por la tiara y las llaves, símbolos tradicionales del papado.

La medida ha despertado interrogantes y críticas, especialmente por su timing. La decisión de eliminar los escudos de Benedicto XVI se toma un año después de su fallecimiento, mientras que durante los diez años posteriores a su renuncia no se había llevado a cabo ninguna acción similar.

Desde un punto de vista histórico, esta medida borra la memoria de las vestimentas que fueron encargadas por Benedicto XVI y que conmemoran su pontificado. Esto contrasta con la preservación de las vestiduras con los escudos de otros pontífices, como San Pablo VI, San Juan XXIII o San Juan Pablo II, que permanecen en la sacristía pontificia sin ser modificadas.

En términos económicos, la decisión ha sido cuestionada por representar un gasto considerable. Se plantea la posibilidad de que hubiera sido más rentable adquirir casullas sin el escudo o con el escudo del Papa reinante, en lugar de llevar a cabo esta «damnatio memoriae» del pontificado de Joseph Ratzinger. El blog mencionado también recuerda la despedida fría que el Papa Francisco ofreció a su predecesor en el funeral de Benedicto XVI, destacando un posible trasfondo detrás de esta reciente decisión.