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Mons. Bätzing insiste en democratizar la Iglesia a través de los procesos sinodales

– Derivado del proceso sinodal en Alemania y en la Iglesia, el obispo de Limburgo dice que “los puntos de contacto y paralelismos con las estructuras de liderazgo democráticas no deberían ser un criterio negativo”.

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 Mons Georg Bätzing, obispo de Limburgo y presidente de la Conferencia Episcopal Alemana

(CATOLIN).- Mons. Georg Bätzing, presidente de la Conferencia Episcopal Alemana (DBK), en un artículo para la revista mensual Herder-Korrespondenz, pide desarrollar formas de participación propias y adecuadas a la misión de la Iglesia.

Derivado del proceso sinodal en Alemania y en la Iglesia, el obispo de Limburgo dice que “los puntos de contacto y paralelismos con las estructuras de liderazgo democráticas no deberían ser un criterio negativo”.

Mons. Bätzing no ve contradicción con la enseñanza de la iglesia en introducir métodos probados en el ámbito secular que sirvan a la transparencia en la dirección de la iglesia y la participación de los creyentes.

Entre otras cosas, se pregunta por qué la democracia moderna, que incluye el reconocimiento de la dignidad humana, los derechos humanos y principios como el orden constitucional, la soberanía popular, el estado de derecho, la división de poderes, la protección de minorías y el estado de bienestar, debería generar preocupaciones en la Iglesia.

Para la implementación de la sinodalidad, el presidente de la Conferencia Episcopal Alemana considera fundamental fortalecer las conferencias episcopales y los organismos eclesiales de ámbito regional y continental.

Al respecto, señaló “El Comité Sinodal en Alemania y la conferencia eclesial aún por desarrollar, que se discute bajo el nombre de ‘Consejo Sinodal’, van en una dirección muy similar”.

Finalmente, dijo que para una convivencia sinodal entre la iglesia local y la iglesia universal, es necesario otorgar a las iglesias locales y a las asociaciones eclesiásticas locales un margen de acción que les permita “concretizar la enseñanza común de la iglesia de manera que también pueda ser aceptada y vivida en las circunstancias de la vida local”.

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