(CATOLIN). – Con motivo del 400.º aniversario de las apariciones de Santa Ana en Bretaña, el Papa León XIV ha designado al cardenal Robert Sarah como su enviado especial para las celebraciones litúrgicas que tendrán lugar los días 25 y 26 de julio en el Santuario de Sainte-Anne-d’Auray, al oeste de Francia.

El cardenal Sarah, prefecto emérito de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, representará al Santo Padre en este importante evento de fe que conmemora las apariciones de Santa Ana al campesino bretón Yvon Nicolazic entre 1623 y 1625, en la diócesis de Vannes.

Durante una de las apariciones, según la tradición, Santa Ana se manifestó diciendo en bretón: «Me zo Anna, mam Mari» («Soy Ana, madre de María»), y pidió que se reconstruyera una antigua capilla en su honor, en ruinas desde hacía más de nueve siglos. El 25 de julio de 1624, Nicolazic encontró en su campo una estatua de la santa entre los restos de dicha capilla, confirmando así los hechos sobrenaturales y dando origen a una de las más grandes devociones marianas del oeste de Europa.

El Santuario de Sainte-Anne-d’Auray, también conocido como «Keranna», ha sido desde entonces un destino de peregrinación para millones de fieles. Entre sus visitantes se encuentra san Juan Pablo II, quien acudió al lugar el 20 de septiembre de 1996.

Este 2025, el santuario vive un año jubilar con un amplio programa de actividades litúrgicas y devocionales. La presencia del cardenal Sarah destaca la relevancia espiritual del acontecimiento y la importancia de Santa Ana como símbolo de ternura y fe en la tradición cristiana.

El cardenal Sarah, nacido en Guinea en 1945, ha sido una voz firme en defensa de la liturgia tradicional y la fidelidad doctrinal. Su testimonio ha inspirado a muchos fieles que buscan un liderazgo claro y arraigado en la verdad del Evangelio. Con su presencia en Bretaña, la Iglesia universal se une a la gratitud y al fervor del pueblo bretón por la acción de Dios a través de la abuela del Salvador.