(CATOLIN).– La parroquia San Josemaría Escrivá de Alcorcón, en la diócesis de Getafe, se convirtió este fin de semana en un templo de vida y esperanza. Diecisiete niños que fueron salvados del aborto recibieron el sacramento del Bautismo de manos del obispo de Getafe, Mons. Ginés García Beltrán, en una ceremonia que congregó a familias, voluntarios provida y fieles en un ambiente de profunda fe y alegría.

Según informó Religión en Libertad, esta celebración no es un hecho aislado: desde hace 14 años se realizan bautismos similares gracias a la labor de la asociación Más Futuro y los Rescatadores Juan Pablo II, organizaciones que acompañan a mujeres embarazadas en situaciones difíciles, incluso a las puertas de clínicas abortistas. A lo largo de este tiempo, más de 300 niños salvados del aborto han recibido el Bautismo.

Durante su homilía, Mons. Ginés recordó que la vida es un don de Dios que trasciende lo meramente terrenal:

“Hoy por el Bautismo, vuestros hijos no solo van a tener la vida que vosotros les habéis dado, sino la herencia de la Vida Eterna. Es decir, que la vida es algo muy serio”.

El obispo advirtió que “una cultura que defiende la muerte está condenada a morir”, mientras que “una cultura que defiende la vida está llamada a perdurar”. Afirmó con firmeza:

“Nosotros estamos hechos no para la muerte, sino para la vida”.

Emocionado al contemplar a los recién nacidos, Mons. Ginés destacó el carácter sagrado de la existencia humana:

“¿Quién puede hacer esto? Esto solo lo puede hacer Dios. Por tanto, yo no soy el dueño de la vida, sino que el dueño de la vida es Dios”.

También subrayó que el don más grande que el Señor ha confiado al hombre es poder colaborar con Él en la obra creadora: “Ser creadores con Dios”.

Dirigiéndose a los padres, el obispo les recordó el destino eterno de sus hijos:

“Vuestros hijos están hechos para el cielo. Por eso hoy la Iglesia se viste de fiesta. Y hoy el cielo, me atrevo a decir, se viste de fiesta, porque hoy tiene 17 nuevos herederos que tienen como meta el cielo”.

Mons. Ginés agradeció la labor constante de las asociaciones provida y denunció las presiones que buscan silenciar la voz de la Iglesia:

“Muchas veces, hay quien quiere atar, poner esposas, llevar a la cárcel la fe de la Iglesia… pero el Evangelio nunca está cautivo”.

El prelado concluyó su mensaje invitando a pedir la intercesión de la Virgen para que no falte la perseverancia en la defensa de la vida y en la educación cristiana de los hijos.

La ceremonia concluyó con una gran fotografía de grupo, en la que participaron las 17 familias junto a sus hijos recién bautizados, en medio de un ambiente de celebración y esperanza.