(CATOLIN).- El Arzobispo de Xalapa, Jorge Carlos Patrón Wong, instó a la comunidad a abrazar el amor y la comprensión como respuesta a los errores y pecados en un mundo marcado por la crítica y el juicio, El pasado 14 de septiembre de 2023, en su homilía dominical.

El Arzobispo comenzó su mensaje recordando la imperfección intrínseca de la humanidad, enfatizando que todos, sin excepción, cometen errores y tienen limitaciones. Hizo hincapié en la importancia de preguntarse cómo debemos tratar a los demás cuando descubrimos sus faltas y pecados.

En contraposición a la tendencia social de divulgar los errores y pecados a través de las redes sociales y los medios de comunicación, el Arzobispo hizo un llamado a la reflexión, afirmando: «El modo del mundo es un espectáculo de chismes que hablan, comentan y juzgan. Es una plaga que reproducimos».

El mensaje central del Arzobispo se centró en la singularidad del cristianismo, que aboga por abordar los problemas y dificultades con amor. Citó a San Pablo al destacar que «la ley es el amor» y recordó que los cristianos han aprendido este amor de Dios, quien envió a su Hijo y el Espíritu Santo como manifestaciones de su amor por la humanidad.

Mons. Patrón Wong enfatizó la importancia de la oración como el primer paso en la resolución de problemas y el tratamiento compasivo hacia los demás. Destacó la necesidad de escuchar a los demás desde el corazón y de expresar preocupación y amor por ellos en lugar de juzgarlos.

El Arzobispo también alentó a los presentes a abrirse al cambio y la conversión y a no ser indiferentes ante las personas que los rodean. Subrayó que cada acto de amor y aprecio, incluso las pequeñas acciones, puede tener un impacto significativo en la vida de los demás.

En un gesto de gratitud y reconocimiento, el Arzobispo invitó a la comunidad a compartir y elogiar públicamente las virtudes y buenas acciones de sus seres queridos, reforzando la importancia de expresar el amor y la admiración hacia aquellos que los rodean.

La homilía concluyó con un llamado a vivir la realidad humana de manera diferente, abrazando las imperfecciones de los demás y tratándolos con amor y comprensión, en línea con la enseñanza de Cristo. El Arzobispo invitó a todos a convertirse en verdaderos discípulos misioneros de Jesucristo, reflejando el amor y la compasión que Dios tiene por cada ser humano.