(CATOLIN).- El arzobispo de Toulouse, Mons. Guy de Kerimel, anunció la revocación del nombramiento del padre Dominique Spina como canciller y delegado episcopal para los matrimonios, tras la fuerte ola de críticas que desató su designación.

El sacerdote Spina había sido condenado en 2006 por el Tribunal de Apelación de Tarbes a cinco años de prisión —de los cuales cumplió cuatro— por la violación de un alumno de 16 años ocurrida en 1993, cuando se desempeñaba como director espiritual en el colegio Notre-Dame de Bétharram.

El nombramiento, dado a conocer el pasado 7 de julio por el diario La Dépêche du Midi, generó una amplia controversia que motivó incluso la intervención de la Conferencia Episcopal francesa, la cual solicitó al arzobispo reconsiderar su decisión. Finalmente, Mons. De Kerimel cedió a la presión y nombró a un nuevo canciller.

En una carta publicada el 16 de agosto, el prelado explicó los motivos de su cambio de postura y ofreció disculpas tanto a las víctimas de abusos como al propio P. Spina:

“Mi decisión fue interpretada por muchas personas como un desaire hacia las víctimas de abusos sexuales; pido perdón a las víctimas. Evidentemente, no era esa mi intención”.

Al mismo tiempo, lamentó no haber sabido encontrar “el lugar justo” para quienes, como el P. Spina, ya cumplieron su condena y enfrentan una “muerte social muy dolorosa”.

Mons. De Kerimel reflexionó en su misiva sobre la necesidad de unir justicia y misericordia, recordando la importancia de la justicia restaurativa y el mensaje evangélico del perdón:

“Creemos en el perdón, en la redención, sin justificar jamás la injusticia… El camino de conversión nunca se completa en esta tierra”.

El arzobispo aseguró que su decisión busca evitar divisiones dentro de la Iglesia francesa y reiteró su compromiso con la atención prioritaria hacia las víctimas de abusos, sin dejar de reconocer la posibilidad de conversión y reinserción de quienes han cometido delitos.