(CATOLIN).- La Conferencia Episcopal de Francia ha solicitado públicamente a monseñor Guy de Kerimel, arzobispo de Toulouse, que reconsidere el nombramiento del padre Dominique Spina como canciller diocesano y delegado episcopal para los matrimonios, previsto para el 1 de septiembre. Spina fue condenado en 2006 a cinco años de prisión —cuatro de cumplimiento efectivo— por la violación de un menor de 16 años en 1993, cuando ejercía como director espiritual en el colegio Notre-Dame de Bétharram.

El nombramiento, publicado el 2 de junio en la web de la archidiócesis y hecho público por la prensa local el 7 de julio, ha generado una fuerte controversia. Mons. De Kerimel ha defendido su decisión apelando a la “misericordia” y a la trayectoria de Spina en los últimos años, en los que trabajaba en los archivos diocesanos.

En un comunicado del 10 de agosto, el cardenal Jean-Marc Aveline, presidente de la Conferencia Episcopal, junto con los vicepresidentes Mons. Vincent Jordy y Mons. Benoît Bertrand, señalaron que un cargo de tal importancia “tanto canónica como simbólicamente” no puede sino “reavivar heridas, despertar sospechas y desconcertar al pueblo de Dios”. Los obispos recordaron que la Iglesia en Francia ha asumido “el camino de la verdad” frente a los abusos, aprendiendo a mirar estos hechos desde la perspectiva de las víctimas.

La petición pública refleja que no existe certeza de que el arzobispo vaya a rectificar. Mientras tanto, la polémica continúa y la decisión es vista por muchos como un retroceso en los esfuerzos por restaurar la credibilidad eclesial tras años de autocrítica y trabajo de conversión.