(CATOLIN). – La indignación se ha hecho sentir entre los fieles católicos tras una representación blasfema dentro de la catedral de Paderborn (Renania del Norte-Westfalia), realizada el pasado 15 de mayo como parte de la celebración oficial por los 1250 años de Westfalia. El espectáculo, titulado Westfalen Side Story y ejecutado por el grupo artístico Bodytalk, incluyó escenas con actores semidesnudos portando hoces y figuras de pollos eviscerados envueltos en pañales, que fueron introducidas en el altar de la catedral mientras se interpretaba una adaptación titulada Fleisch ist Fleisch («La carne es carne»).

El Arzobispado de Paderborn, en declaraciones a CNA Deutsch, aseguró no haber tenido conocimiento previo del contenido específico del espectáculo y lamentó profundamente la ofensa causada a los sentimientos religiosos. “La concreción del contenido de este punto del programa no era conocida previamente ni por los organizadores ni por los responsables del lugar de celebración”, señalaron.

A raíz del incidente, se ha lanzado una petición en línea a través de la plataforma CitizenGo, titulada Contra la profanación de la catedral de Paderborn: Por la protección de nuestros lugares sagrados. La iniciativa, dirigida al arzobispo de Paderborn, monseñor Udo Bentz, ya cuenta con cerca de 17.000 firmas y exige una disculpa pública, un acto de reparación y una nueva consagración del templo.

En su comunicado oficial, el Arzobispado afirmó: “Tanto la LWL (Comisión Regional de Westfalia-Lippe) como el Arzobispado de Paderborn lamentan profundamente que la actuación haya herido sentimientos religiosos”. Añadieron que “en ningún momento se pretendía provocar tal efecto”, y que se trata de un suceso que “no se corresponde con el respeto debido a un lugar de especial significación religiosa, histórica y cultural”.

Como respuesta a lo ocurrido, las autoridades eclesiales han anunciado una revisión de sus protocolos internos para evitar que actos de este tipo vuelvan a tener lugar en espacios sagrados. Mientras tanto, las firmas reunidas serán entregadas tanto al arzobispo Bentz como al nuncio apostólico en Alemania, monseñor Nikola Eterović.

La petición recalca con firmeza que “las iglesias católicas son espacios sagrados, edificados para el culto y orientados a la adoración de Dios”, y que no deben ser objeto de expresiones que atenten contra su dignidad espiritual ni contra la fe de los creyentes.