(CATOLIN). – En una reciente intervención ante el Consejo Ordinario del Sínodo de los Obispos, el Papa León XIV se refirió directamente al proceso sinodal iniciado durante el pontificado de su predecesor, el Papa Francisco. Durante su discurso, afirmó que la sinodalidad constituye “un estilo que nos ayuda a ser Iglesia, promoviendo auténticas experiencias de participación y comunión”.

El uso del término “estilo” ha llamado la atención de analistas y observadores eclesiales, quienes han interpretado el comentario como una posible reorientación en el enfoque teológico y pastoral del concepto de sinodalidad. Durante los últimos años, este término fue ampliamente promovido bajo diversas formulaciones, desde “dimensión constitutiva de la Iglesia” hasta “nueva etapa en el discernimiento eclesial”.

Sin embargo, al referirse a la sinodalidad como un “estilo”, el Papa León XIV ha introducido una visión más moderada y metodológica, destacando su valor como actitud pastoral orientada a fomentar la escucha, la comunión y la corresponsabilidad dentro del pueblo de Dios, sin vincularla necesariamente a cambios estructurales en la doctrina o el gobierno de la Iglesia.

En palabras del Pontífice: “La sinodalidad es un estilo que nos ayuda a ser Iglesia”, sin definirla como una transformación esencial, sino como una herramienta que puede inspirar nuevas formas de colaboración entre laicos, consagrados y pastores.

Voces dentro y fuera del Vaticano han leído este discurso como una posible señal de ajuste en el rumbo sinodal, no necesariamente como ruptura, sino como una consolidación bajo un marco más definido. Para algunos, representa una clarificación teológica que busca evitar interpretaciones ambiguas o maximalistas del proceso.