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El juicio del cardenal Zen fue reanuado

– Esta caso representa un capítulo más en la ofensiva del gobierno chino contra la libertad religiosa y la autonomía de la Iglesia.

El cardenal Zen plantea serias preocupaciones sobre el Sinodo y cuestiona su funcionamiento

Cardenal Joseph Zen

Por: CATOLIN

(CATOLIN).– El pasado lunes en Hong Kong fue reanudado el juicio contra el cardenal Joseph Zen arrestado el 11 de mayo bajo la acusación de “colaboración con fuerzas extranjeras” por su papel en el Fondo Humanitario 612, creado en 2019 para ayudar a manifestantes heridos o encarcelados durante las protestas prodemocráticas.

A pesar de que la Fiscalía desistió de procesarle bajo la Ley de Seguridad Nacional, el cardenal continúa imputado por un supuesto incumplimiento administrativo: no registrar correctamente dicho fondo, que cesó su actividad en 2021. La vista, que se llevó a cabo el pasado lunes 26 de septiembre quedó a la espera de una resolución. La sentencia podría concluir con una sanción económica de hasta 10.000 dólares hongkoneses. Sin embargo, la gravedad no está en la multa, sino en el mensaje:
toda iniciativa que incomode a Pekín puede ser perseguida con el aparato judicial.

Esta caso representa un capítulo más en la ofensiva del gobierno chino contra la libertad religiosa y la autonomía de la Iglesia. En Hong Kong, antaño refugio de libertades, se aplica hoy con celo una legislación pensada para silenciar disidencias y amordazar a quienes se atreven a cuestionar el poder.

La reanudación del juicio, según informa Religión en Libertad, ha provocado nuevas muestras de solidaridad de parte de obispos y cardenales de todo el mundo. Por su parte, el cardenal Fernando Filoni, prefecto emérito de Propaganda Fide, describió a Zen como “un hijo devoto de la Iglesia” y advirtió que no debe ser condenado.

El cardenal Charles Bo, arzobispo de Yangón y presidente de la FABC, recordó que ayudar a los acusados a costear su defensa es un derecho básico en cualquier sistema de justicia, y denunció lo absurdo de criminalizar la caridad.

El obispo de Estados Unidos, Thomas Tobin pidió rezar por Zen y por la Iglesia china, “atacada y restringida con regularidad por el gobierno”, mientras que el obispo Joseph Strickland elogió la lucha del purpurado frente al comunismo.

El arzobispo Salvatore Cordileone, de San Francisco, encomendó a Zen a la Virgen María bajo la advocación de “Nuestra Señora Desatanudos”, implorando que se haga justicia y reciba consuelo.

El obispo auxiliar de Astaná, Athanasius Schneider, lo llamó “hijo leal de la Iglesia” y pidió a María Auxiliadora que lo sostenga en esta hora difícil.

Finalmente el cardenal Gerhard Müller, prefecto emérito de la Congregación para la Doctrina de la Fe, criticó y lamentó que muchos cardenales hayan “dejado solo” a Zen. “Fue arrestado con un pretexto, no hizo nada. Es una figura influyente, valiente y temida por el gobierno. Tiene más de 80 años y lo hemos abandonado”, denunció.

El cardenal Zen se ha convertido en símbolo de la resistencia católica frente al autoritarismo chino, y su juicio expone la estrategia del régimen: intimidar a quienes, desde la fe, defienden la justicia y la dignidad humana.



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