(CATOLIN).- La Iglesia Católica en Alemania está experimentando una drástica disminución de fieles, y la tendencia parece haber tomado contornos sin precedentes. La causa de esta salida masiva de miembros se atribuye a una protesta silenciosa y clandestina de aquellos que se oponen a una Iglesia reformista que aboga por cambios doctrinales, como las bendiciones para parejas homosexuales, el sacerdocio femenino y la elección directa de obispos.

El fenómeno ha llevado a un creciente número de católicos en Alemania a darse de baja de las listas de miembros de la Iglesia, un acto que no solo implica un rechazo a la institución, sino que también tiene efectos administrativos inmediatos, ya que los contribuyentes dejan de pagar los impuestos destinados al sostenimiento de la Iglesia y renuncian a servicios religiosos como funerales y bodas.

Recientemente, la agencia episcopal KNA ha publicado estadísticas que confirman el aumento de este fenómeno, demostrando que el abandono de la fe es un hecho imparable debido a varios factores, incluyendo la protesta contra la dirección reformista de la Iglesia y la rigidez moral excesiva que ha alejado a algunos fieles.

En Berlín, por ejemplo, solo dos de cada diez habitantes siguen siendo cristianos, ya sea católicos o luteranos. La mayoría de ellos ni siquiera están inscritos en ninguna lista religiosa.

En el último año, el número de personas que abandonaron las iglesias aumentó significativamente. La arquidiócesis católica y la Iglesia protestante sufrieron la pérdida de miles de miembros.

Este descenso en la cantidad de fieles no es exclusivo de Berlín, sino que es un reflejo de lo que está ocurriendo en el resto de Alemania. Los datos muestran que la disminución de fieles está alcanzando niveles récord.

Esta situación ha generado tensiones entre el Vaticano y el episcopado alemán, especialmente ante el próximo Sínodo de los Sínodos, donde se discutirán temas controvertidos como la moral sexual, la bendición de parejas homosexuales y el sacerdocio femenino. El Papa busca establecer un diálogo con los obispos alemanes para encontrar una solución y evitar mayores conflictos en la Iglesia.

Sin embargo, estas tensiones no se limitan al enfrentamiento entre el Vaticano y el episcopado alemán, sino que incluso dentro de la propia conferencia episcopal han surgido grietas entre los reformistas y conservadores. Esto se hizo evidente cuando cuatro obispos alemanes se retiraron del proyecto de reforma del Camino Sinodal en medio de una polémica abierta.