(CATOLIN).– Monseñor Reinhold Nann, obispo emérito de la Prelatura Territorial de Caravelí en Perú, confesó recientemente que su renuncia, aceptada por el Papa Francisco en julio de 2024, se debió a su decisión de casarse civilmente con una mujer peruana de su edad, y no a motivos de salud como se informó oficialmente.

Nann, nacido en Friburgo, Alemania, en 1960 y ordenado sacerdote en 1987, sirvió en Perú desde 1992, donde obtuvo la nacionalidad. Fue nombrado obispo de Caravelí en 2017 y presidió Cáritas Perú entre 2022 y 2025. En su declaración, reconoció: “Me enamoré de una mujer de mi edad y me casé civilmente con ella”.

El prelado explicó que había sentido enamoramientos previos, pero siempre renovó su compromiso con el celibato hasta que la pandemia de COVID-19 marcó un cambio decisivo. El aislamiento y las circunstancias de ese tiempo, afirmó, fortalecieron la relación que lo llevó a priorizar su unión sobre el ministerio episcopal.

Nann admitió que aún no ha solicitado la dispensa papal para reducirse al estado laical y que, en consecuencia, se encuentra en una situación de pecado grave según el Derecho Canónico. Actualmente vive en Perú con su esposa, sin los ingresos ni la pensión eclesiástica.

Antes defensor del celibato sacerdotal, el exobispo se mostró ahora crítico con esta norma: “El celibato obligatorio hace más daño que bien a la Iglesia”. Añadió que desea “vivir el sacerdocio común de los fieles en una iglesia doméstica, basada en mi matrimonio”.