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Zen se opone frontalmente a Fiducia Supplicans y pide el cese de Fernández Cardenal Zen juicio

– El cardenal Joseph Zen Ze-kiun, símbolo de la Iglesia perseguida en China, se ha desmarcado de la breve nota positiva emitida por su antigua archidiócesis de Hong Kong, a la que critica por no proporcionar la interpretación correcta al documento.

El cardenal Zen plantea serias preocupaciones sobre el Sinodo y cuestiona su funcionamiento

Cardenal Zen

(CATOLIN).- El Cardenal Zen se pronuncia contundentemente contra la declaración de Doctrina de la Fe la cual permite las bendiciones sacerdotales de parejas pecaminosas (o, eufemísticamente, ‘irregulares’).

El cardenal Joseph Zen Ze-kiun, símbolo de la Iglesia perseguida en China, se ha desmarcado de la breve nota positiva emitida por su antigua archidiócesis de Hong Kong, a la que critica por no proporcionar la interpretación correcta al documento. Ha dejado pasar un mes, pero se ha decidido a intervenir porque “todavía tengo la responsabilidad de mantener la doctrina de la Iglesia”.

El Cardenal Zen empieza calificando la declaración de “problemática”. Respondiendo a lo afirmado por Víctor Fernández el 4 de enero sobre la «necesidad de un período más largo de reflexión pastoral», el Cardenal chino sostiene que “esto equivale a decir que el texto del 18 de diciembre es temporalmente inválido. Fernández escribió que el sacerdote, ante el pedido de bendición de una pareja en situación irregular, podría invocar sobre ellos «la luz y la fuerza de Dios para poder cumplir plenamente su voluntad”. Este punto, dice Zen, presenta una contradicción porque el sacerdote no está obligado a verificar si quien pide la bendición tiene realmente esta intención: “si el sacerdote no está seguro de tener esta intención, o tiene razón. Si sospecha que no tienen esta intención en absoluto, ¿cómo puede dar una bendición?”, escribió el cardenal en su nota crítica.

La Declaración del dicasterio insiste mucho en la caridad pastoral, pero Zen recuerda el pasaje bíblico que exhorta a los pastores a fortalecer a las ovejas débiles, curar a las heridas y buscar a las pérdidas para traerlas de vuelta al redil. “Si el sacerdote no está seguro de que la ‘pareja’ que tiene delante tiene la intención de adherirse plenamente al estilo de vida prescrito por Dios, o está seguro de que no admiten vivir en pecado”, deberá mostrar una “actitud caritativa” explicándoles cuál es la voluntad de Dios.

Al concluir su nota, el obispo emérito de Hong Kong no escatimó críticas a la Declaración y a su autor. “La Declaración enfatiza repetidamente la necesidad de evitar crear confusión, pero las bendiciones que se promueven (…) de hecho crearán confusión inevitablemente”, observó Zen.

Finalmente, el cardenal insiste en la responsabilidad del prefecto de Doctrina de la Fe, que no podía ignorar las dificultades de acogida en las “periferias”. Pero lo “más grave” está que la declaración implica que “también el comportamiento sexual en las relaciones homosexuales tiene su parte de bien”.

“Según la verdad objetiva, ese comportamiento es un pecado grave y no puede conducir a nada bueno”, escribe el cardenal. “Si el prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe define un delito grave como ‘bueno’, ¿No estaría cometiendo herejía? ¿El prefecto no debería dimitir o ser cesado?”.

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