(CATOLIN).– Magdalena Espósito Valenti, y su pareja Abigaíl Páez, fueron declaradas culpables de asesinar al pequeño de cinco años por el Tribunal de Justicia de Santa Rosa en Argentina.

La sentencia fue dictada en el Centro Judicial de Santa Rosa, en la que la pareja de lesbianas no se encontraba debido a que están internadas en la Unidad IV de San Luis, lugar donde permanecerán hasta que la condena quede firme.

Magdalena Espósito Valenti, madre de Lucio fue sentenciada a prisión perpetua por el delito de “homicidio triplemente calificado por el vínculo, alevosía y ensañamiento”, siendo absuelta de la acusación de abuso sexual.

Por su parte, Abigaíl Páez, novia de la madre de Lucio, recibió la pena de cadena perpetua por “homicidio doblemente calificado por alevosía y ensañamiento, en concurso real con el delito de abuso sexual (…), aprovechando la situación de convivencia preexistente”.

Verónica Ferraro, fiscal del caso, detalló que la pena es “de por vida” y “no tienen la posibilidad de pedir libertad condicional”.

En este sentido, las defensas buscaron la inconstitucionalidad de la prisión perpetua, sin embargo; el pedido fue desestimado por los jueces.

Asimismo, el abogado de la familia Dupuy apeló la absolución del delito de abuso sexual que benefició a la madre, pues considera que hay pruebas suficientes en su contra. Dicha solicitud será analizada por la Fiscalía.

“Nosotros no vamos a ir por la reclusión de tiempo indeterminado. Lo que sí vamos a hacer es ir en recurso por el agravante de que entendemos que el homicidio ocurre por un odio del género masculino. Vamos a insistir por eso”.

Abel Lucio Dupuy, de 5 años (DEP) fue asesinado el 26 de noviembre de 2021 en el domicilio de la ciudad de Santa Rosa, donde vivía con su madre y la pareja de ésta. Se determinó que el niño murió a causa de una brutal golpiza.

De acuerdo con el fallo judicial, las dos mujeres participaron en el asesinato al propinar fuertes golpes al niño, causándole lesiones internas. Además, la necropsia reveló antiguas marcas de mordeduras y quemaduras de cigarrillo en el cuerpo del menor.

Con la muerte de Lucio ha tomado fuerza en la sociedad el mensaje de que “la violencia no tiene género”.

Cuando ocurrió el asesinato, el padre del menor se encontraba disputando la tenencia, pero esta fue otorgada a la madre, pese a que no cumplía con las condiciones necesarias.

Al respecto, el politólogo argentino Agustín Laje dijo: “Lucio fue víctima de la ‘perspectiva de género’. De no estar obnubilados por esta ideología, Lucio hubiera vivido con su padre, y no con esas asesinas”.

Laje y otros referentes provida denunciaron que Lucio era llevado por su madre y su pareja a marchas a favor del aborto, a las que asistía con signos de haber sufrido violencia.