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El Papa reconoce la polarización en torno a la Misa tridentina y subraya la necesidad de diálogo en clave de sinodalidad

El Papa León XIV destacó que la liturgia debe ser un espacio de comunión y no de ideología, e insistió en la necesidad de un diálogo abierto sobre la Misa tridentina y el rito del Vaticano II.

El Papa reconoce la polarizacion en torno a la Misa tridentina y subraya la necesidad de dialogo en clave de sinodalidad

León XIV

(CATOLIN).- El papa León XIV explicó que la creación del grupo de estudio sobre la liturgia se originó principalmente por cuestiones relacionadas con la inculturación, es decir, cómo hacer que la liturgia tenga mayor sentido dentro de una cultura específica y en un contexto determinado.

El Pontífice aclaró que la Misa en latín no está prohibida si se celebra conforme al rito del Vaticano II, pero admitió la complejidad del debate entre la Misa tridentina y la de Pablo VI. «Parte de ese asunto, por desgracia, se ha convertido en parte de un proceso de polarización; la gente ha utilizado la liturgia como excusa para promover otros temas. Se ha convertido en una herramienta política, y eso es muy desafortunado», señaló.

Al respecto, reconoció que algunas personas han buscado en la Misa tridentina una experiencia más profunda de oración y de contacto con el misterio de la fe, aunque insistió en que una celebración adecuada de la liturgia del Vaticano II debería ofrecer la misma riqueza espiritual.

León XIV también comentó que no ha tenido aún la oportunidad de dialogar con grupos defensores del rito tridentino, pero adelantó que habrá espacios para ello. «Ese es un tema que quizá, en el marco de la sinodalidad, tenemos que sentarnos y hablar», expresó.

El Papa lamentó que, en muchos casos, los actores implicados no estén dispuestos siquiera a escucharse mutuamente: «He escuchado a obispos hablar conmigo, me han dicho: “los invitamos a esto y a aquello y simplemente no quieren ni oír hablar del tema”. Ese ya es un problema en sí mismo. Significa que estamos en el terreno de la ideología ahora, ya no en la experiencia de comunión eclesial».

Pregunta de Allen y respuesta del Santo Padre

En cuanto al grupo de estudio sobre la liturgia, ¿qué se está estudiando? ¿Hasta qué punto la razón de su creación está relacionada con divisiones en torno a la Misa tradicional en latín, por ejemplo, o con cuestiones como el nuevo rito amazónico?

Mi comprensión de lo que originó este grupo se basa principalmente en cuestiones relacionadas con la inculturación de la liturgia. Cómo continuar el proceso de hacer que la liturgia tenga más sentido dentro de una cultura distinta, dentro de una cultura específica, en un lugar específico en un momento dado. Creo que ese era el problema principal.

Hay otra cuestión, que también es un tema delicado, sobre la que ya he recibido varias solicitudes y cartas: la pregunta sobre, la gente siempre dice “la Misa en latín”. Bueno, se puede celebrar la Misa en latín ahora mismo. Si es el rito del Vaticano II, no hay problema. Obviamente, entre la Misa tridentina y la Misa del Vaticano II, la Misa de Pablo VI, no estoy seguro de hacia dónde va a ir eso. Es obviamente muy complicado.

Sí sé que parte de ese asunto, por desgracia, se ha convertido —una vez más— en parte de un proceso de polarización; la gente ha utilizado la liturgia como excusa para promover otros temas. Se ha convertido en una herramienta política, y eso es muy desafortunado. Creo que, en ocasiones, el, digamos, “abuso” de la liturgia tal como la entendemos según el Vaticano II, no ha sido útil para las personas que buscaban una experiencia más profunda de oración, de contacto con el misterio de la fe, que parecían encontrar en la celebración de la Misa tridentina. De nuevo, nos hemos polarizado, de modo que, en lugar de poder decir: bueno, si celebramos la liturgia del Vaticano II de forma adecuada, ¿realmente se encuentra tanta diferencia entre esta experiencia y aquella?

No he tenido la oportunidad de sentarme realmente con un grupo de personas que defienden el rito tridentino. Pronto habrá una oportunidad, y estoy seguro de que habrá ocasiones para ello. Pero ese es un tema que creo que también, quizá en el marco de la sinodalidad, tenemos que sentarnos y hablar. Se ha convertido en el tipo de cuestión tan polarizada que la gente ni siquiera está dispuesta a escucharse mutuamente, muchas veces. He escuchado a obispos hablar conmigo, me han hablado de eso, me han dicho: “los invitamos a esto y a aquello y simplemente no quieren ni oír hablar del tema”. Ni siquiera quieren hablarlo. Ese ya es un problema en sí mismo. Significa que estamos en el terreno de la ideología ahora, ya no en la experiencia de comunión eclesial. Ese es uno de los temas en la agenda.»

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