(CATOLIN). – Una noche de terror vivieron las hermanas Mercedarias del Santísimo Sacramento en su casa de misión en la ciudad de Pemba, al norte de Mozambique. El pasado domingo, un grupo de ocho encapuchados, armados con machetes y armas de fuego, irrumpió en su comunidad religiosa, saqueando sus pertenencias, amenazándolas de muerte e intentando decapitar a una de las religiosas.

El relato estremecedor fue enviado directamente a Mons. José Ignacio Munilla, obispo de Orihuela-Alicante, quien lo ha difundido a través de redes sociales pidiendo solidaridad y oración por las misioneras. En el mensaje, las hermanas describen la angustia vivida durante el asalto y cómo, entre llantos y súplicas, lograron evitar una tragedia aún mayor: “Les lloramos, pedimos clemencia, y gracias a Dios que nos escucharon y la soltaron”.

Las Mercedarias llevan 17 años sirviendo en Mozambique, y es la primera vez que experimentan una agresión de esta magnitud. Expresaron su preocupación particular por las 34 niñas que viven en la casa hogar bajo su cuidado. Providencialmente, los agresores no lograron entrar a los dormitorios de las menores.

Además del asalto, las religiosas alzan la voz contra la situación general de inseguridad en la región. Denuncian que en Cabo Delgado “se vive este terrorismo con pobreza, hambre y una impunidad por parte del gobierno ante este crimen organizado”. Subrayan que, aunque su única protección real es Dios, ahora deberán implementar nuevas medidas de seguridad para proteger su vida y la de las niñas bajo su cuidado.

La comunidad católica en Mozambique ha sido blanco frecuente de ataques por parte de grupos armados en los últimos años. Sin embargo, muchas de estas agresiones pasan desapercibidas o son ignoradas por los medios internacionales. La petición de las Mercedarias es clara: “Oraciones por esta paz que tanto necesitamos. Si puede hacer eco, hable de esta situación”.

Desde el medio Catolin, nos unimos a su clamor por paz y seguridad para quienes, desde la fe, entregan su vida al servicio de los más necesitados en contextos de violencia extrema.