(CATOLIN).- En el marco de las fiestas en honor a San Rafael Guízar y Valencia, la Orden Franciscana Seglar de la Catedral de Xalapa realizó una labor silenciosa pero invaluable: la preparación y distribución de alimentos para miles de peregrinos que acuden con fe al santo obispo veracruzano.

Durante los días 23 y 24 de octubre, los franciscanos seglares trabajaron sin descanso para ofrecer un plato caliente, café y pan a los visitantes. “Nuestro servicio consiste en preparar bebidas calientes y alimentos para los hermanos peregrinos que vienen de diferentes lugares. Empezamos desde las cuatro de la tarde y terminamos hasta el otro día, entre nueve y diez de la mañana”, compartió Hernández en entrevista para Catolin.

El ministro destacó que esta iniciativa cuenta con la colaboración de muchas personas que, año con año, se suman de manera voluntaria: “Mucha gente nos ayuda cada año. Se reparten en promedio dos mil porciones entre tamales, café, pambazos y pan dulce”, explicó.

A pesar de su constancia y compromiso, Hernández lamentó que actualmente no haya jóvenes ni niños dentro de la fraternidad: “La gran mayoría somos hombres y mujeres mayores de 30 años. Jóvenes y adolescentes ya casi no tenemos, y niños, ninguno”.

El servicio que hoy brindan los franciscanos seglares tiene más de una década de historia. Hernández recordó que fue iniciado “por el padre Pintín”, quien promovió la idea de ofrecer alimentos a los peregrinos, una tradición que ha perdurado gracias al espíritu de servicio de la orden.

Este año, la fraternidad vive además un momento especial, pues celebran 89 años de presencia en la Catedral de Xalapa, rumbo a su 90 aniversario. “Estamos viviendo el año jubilar de la Orden Franciscana Seglar, y nos llena de alegría seguir sirviendo con amor y sencillez, sabiendo que este trabajo es para Dios, a través de sus hijos peregrinos”, expresó Enrique Hernández.

Con discreción y humildad, los franciscanos seglares continúan siendo un ejemplo de servicio silencioso, ofreciendo alimento al cuerpo y al alma de quienes llegan a Xalapa movidos por la fe en San Rafael Guízar y Valencia.

“San Rafael Guízar y Valencia, ruega por nosotros.”