(CATOLIN).- En un reglamento recién emitido por la Secretaría General del Sínodo de los Obispos, se ha ordenado a todos los participantes del Sínodo sobre la Sinodalidad mantener un completo secreto sobre las deliberaciones que tengan lugar en el evento. Este requerimiento de confidencialidad se extiende tanto a las intervenciones de los participantes como a las de otros asistentes y se mantendrá vigente incluso después de que concluya la Asamblea del Sínodo.

El reglamento, publicado apenas unas diez horas después de que el Papa Francisco inaugurara oficialmente el Sínodo en una misa matutina el 4 de octubre, también prohíbe explícitamente la grabación, filmación y difusión de las intervenciones y discursos realizados durante las «Congregaciones Generales» y «Círculos Menores», que son partes clave del evento.

El Sínodo de 2023 se divide en cinco módulos, a su vez subdivididos en «Congregaciones Generales» y «Círculos Menores». Las Congregaciones Generales iniciales de los primeros cuatro módulos serán transmitidas públicamente a través del canal de YouTube del Vaticano, y servirán como presentación de los temas que serán discutidos posteriormente por los miembros del Sínodo.

El motivo declarado para esta medida de confidencialidad es garantizar la libertad de expresión y mantener la serenidad en el proceso de discernimiento común, que es una tarea crucial en la Asamblea del Sínodo.

La responsabilidad de proporcionar información sobre los acontecimientos del Sínodo recae en el Dicasterio para las Comunicaciones del Vaticano, dirigido por el Dr. Paolo Ruffini. Ruffini ofrecerá conferencias de prensa a periodistas acreditados de la prensa vaticana, aunque se espera que la información proporcionada sea limitada y parcialmente censurada. Ruffini también se comprometió a abordar cualquier caso de «noticias falsas» relacionadas con el Sínodo.

Cabe destacar que, previo a la emisión de este reglamento, los obispos holandeses revelaron que se les había ordenado a los participantes del Sínodo no hablar con los medios sobre sus expectativas y aportaciones antes y durante el evento.

A pesar de las especulaciones previas, el reglamento no hace referencia al uso del «Secreto Pontificio», que habría requerido un silencio absoluto bajo amenaza de excomunión. El Dr. Paolo Ruffini explicó que se trata más de confidencialidad y de fomentar un ambiente de colegialidad en la toma de decisiones.

En su discurso de apertura del Sínodo el 4 de octubre, el Papa Francisco enfatizó la importancia de «escuchar» y abogó por un enfoque más restringido en la comunicación pública para proteger la naturaleza espiritual del evento. El Papa expresó que la prioridad debe ser escuchar en lugar de hablar y destacó la necesidad de reducir la influencia de la opinión pública en las discusiones sinodales. Sus comentarios insinuaron que el temor de algunos obispos a divulgar las discusiones podría estar relacionado con la percepción de que estas podrían chocar con la doctrina católica.