(CATOLIN).- En un momento en el que la Iglesia en muchas partes del mundo enfrenta una escasez preocupante de vocaciones sacerdotales y religiosas, Nigeria emerge como un bastión de esperanza con un aumento significativo en el número de jóvenes que responden al llamado al sacerdocio.

Nigeria, país africano marcado por la pobreza generalizada y la persecución a los cristianos, se ha convertido en un punto de referencia en términos de vocaciones sacerdotales. A pesar de las adversidades, el país registra un impresionante aumento en el número de seminaristas, consolidándose como el país con mayor cantidad de aspirantes al sacerdocio en África.

Con 6.555 seminaristas contabilizados en 2020, Nigeria destaca por su firmeza en la fe y su compromiso con la Iglesia a pesar de las dificultades. En regiones como Enugu, al sur del país, se encuentra uno de los seminarios más concurridos del mundo, con casi 900 estudiantes en la actualidad.

Este fenómeno no solo refleja la fortaleza de la fe en un país donde los cristianos enfrentan persecución, sino también el impacto del sufrimiento y la entrega a Dios como motores para las vocaciones. Jóvenes como Alewa Richard Luka, seminarista de la diócesis de Pankshin, han enfrentado desafíos considerables para seguir su llamado al sacerdocio, incluyendo la presión social y económica en un contexto de pobreza generalizada.

Richard, quien proviene de una región donde los cristianos son minoría, ha optado por dejarlo todo para servir a Dios y a su pueblo, a pesar de la oposición incluso de sus seres queridos. En un país donde la falta de recursos es una realidad cotidiana para muchas familias, la decisión de dedicarse al sacerdocio representa un acto de valentía y compromiso con la esperanza de llevar el mensaje de Dios a quienes más lo necesitan.

La generosidad de benefactores, como los de Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), ha sido fundamental para que muchos seminaristas nigerianos puedan continuar con su formación, en medio de un entorno desafiante pero lleno de fe y determinación.

En un testimonio de su compromiso, Richard expresa su deseo de servir a Dios y a su pueblo con todo su ser, enfocándose en ser un sacerdote que lleve esperanza y consuelo a una comunidad que enfrenta adversidades diarias.