(CATOLIN).- El 13 de noviembre de 2023, el Dicasterio para la Doctrina de la Fe emitió una respuesta categórica a la preocupación expresada por Monseñor Julito Cortés, obispo de Dumanguete, sobre el aumento de fieles católicos que se unen a la masonería en su diócesis. La respuesta, firmada por el Prefecto Víctor Fernández y aprobada por el Papa Francisco, no solo reafirma la prohibición para los católicos de unirse a la masonería, sino que también establece directrices claras tanto a nivel doctrinal como pastoral.

En abril de 2023, Mons. José R. Rojas, presidente de la Comisión Episcopal de Doctrina de la Fe de la Conferencia Episcopal de Filipinas (CBCP), mostró cierta apertura a examinar las situaciones individuales de católicos que pertenecen a logias masónicas. Sin embargo, la respuesta reciente del Dicasterio vaticano parece cerrar esta posibilidad, consolidando la postura de la Iglesia Católica sobre esta cuestión.

La respuesta del Dicasterio no solo aborda la situación específica planteada por Monseñor Cortés, sino que también involucra a la Conferencia Episcopal de Filipinas, sugiriendo la implementación de una estrategia coordinada a nivel diocesano. Este enfoque aborda dos aspectos cruciales: el doctrinal y el pastoral.

En el ámbito doctrinal, el Dicasterio reitera la prohibición de la pertenencia activa a la masonería, basándose en la Declaración de la Congregación para la Doctrina de la Fe de 1983 y las Directrices publicadas por la Conferencia Episcopal en 2003. La nota enfatiza que aquellos católicos que son conscientes de su membresía en logias masónicas y han adoptado los principios masónicos se encuentran en «estado de pecado grave». Este veredicto se extiende incluso a los eclesiásticos registrados en la masonería, marcando un límite claro en la participación de miembros de la Iglesia en estas organizaciones.

En el ámbito pastoral, el Dicasterio propone una catequesis extensa en todas las parroquias filipinas. Esta iniciativa busca explicar detalladamente las razones de la incompatibilidad entre la fe católica y la masonería. Además, se insta a los obispos a evaluar la posibilidad de pronunciarse públicamente sobre este tema, marcando así una mayor conciencia y claridad en la comunidad católica filipina.

Cabe destacar que la Declaración de noviembre de 1983, emitida antes de la entrada en vigor del nuevo Código de Derecho Canónico, reafirma la posición de la Iglesia Católica sobre la masonería al declarar que los católicos inscritos en logias masónicas están en «estado de pecado grave». Este pronunciamiento tuvo implicaciones significativas en un momento en que el nuevo código canónico no incluía la condena explícita de la masonería y la excomunión de sus afiliados, presentes en el código anterior de 1917.