(CATOLIN).- En un polémico desarrollo, la provincia oriental de Shandong, China, ha implementado un sistema de puntuación experimental que evalúa la fidelidad ideológica de todas las religiones hacia el Partido Comunista Chino.

Esta iniciativa, anunciada como parte de la campaña de sinización de las religiones impulsada por el presidente Xi Jinping, busca medir y mejorar la «conciencia ideológica» de los ministros religiosos.

Bajo este sistema, el personal religioso considerado «autorizado» será clasificado en cinco niveles diferentes: excelente, bueno, regular, escaso y muy escaso. Esta calificación se basa en informes recopilados por el Partido Comunista a través de sus organismos políticos, y su objetivo declarado es «mejorar la conciencia ideológica» de los líderes religiosos.

La noticia sobre esta controvertida medida fue dada a conocer por el sitio web China Aid, que citó los resultados de una reunión del «Comité de Asuntos Étnicos y Religiosos» de la provincia de Shandong, celebrada del 21 al 22 de agosto para supervisar el progreso de este experimento.

Más de 30 personas de diversas ciudades y condados de Shandong participaron en esta reunión, destacando la presencia históricamente fuerte de comunidades cristianas protestantes en la región.

El proceso de evaluación se lleva a cabo mediante la recopilación de tres tipos de datos: información básica, información negativa e información honorífica, que se registran a nivel de cada condado individual. Sin embargo, la decisión final sobre las calificaciones se basa en las evaluaciones de funcionarios de departamentos gubernamentales relevantes, utilizando criterios ideológicos como referencia.

Las autoridades religiosas locales en Shandong han afirmado que su objetivo es promover el «gobierno religioso estricto», siguiendo el espíritu del XX Congreso Nacional del Partido Comunista de China y la directiva del presidente Xi Jinping.

Además, la lealtad ideológica se ha convertido en un componente clave de las nuevas normas que regirán los lugares de culto en toda China a partir de mañana. Según estas normas, los líderes religiosos deben «amar a la patria y apoyar la dirección del Partido Comunista de China y el sistema socialista».