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La Ascensión del Señor: una reflexión sobre el cielo

Con su Ascensión, el Señor Resucitado atrae nuestra mirada al cielo, para mostrarnos que la meta de nuestro camino es el Padre, es la Santidad.

La Ascension del Senor una reflexion sobre el cielo

La Ascensión. Foto por: Dominio Público

(CATOLIN).– La fiesta de la Ascensión del Señor nos sugiere también otra realidad; el Cristo que nos anima a evangelizar en el mundo, nos espera en el Cielo.

Para nosotros esta solemnidad además de ser un motivo de alegría, debe de ser un motivo de esperanza.

Nuestra esperanza CATOLIN, es “estar junto a Cristo”, en quien nuestra naturaleza humana ha sido tan extraordinariamente enaltecida que participa de la misma gloria de Dios.

Con su Ascensión, el Señor Resucitado atrae nuestra mirada al cielo, para mostrarnos que la meta de nuestro camino es el Padre, es la Santidad.

Y ciertamente, el “cielo” debe de ser nuestra meta. La verdad es que al contemplar el cielo no significa que olvidemos la tierra, pero sí que recordemos que, la vida en la tierra, que amamos, no es lo definitivo; pues no tenemos aquí ciudad permanente, sino que andamos en busca de la futura ciudad.

Solo fijando en Él nuestra mirada, aceptemos la exhortación de la carta a los Hebreos que nos invita a «mantenernos firmes en la esperanza que profesamos, porque es fiel quien hizo la promesa» (Hb 10, 23).

Mientras tanto, nuestra esperanza es esa, que un día estaremos con Él en el cielo hasta la eternidad (muriendo en gracia). Esta debe de ser la certeza que se alimenta continuamente en la contemplación de Cristo elevado al cielo.

Por ahora, nuestro compromiso es colaborar para que el Reino del Mesías, entronizado a la derecha del Padre, se extienda en este mundo mediante el anuncio y la realización de la salvación por la palabra y los sacramentos, sin cambiar ni modificar su palabra con nuevas ideologías o pensando que su enseñanza es anticuada a nuestro tiempo.

CATOLIN no olvidemos que estamos hechos para el cielo, para la eternidad ¿qué tanto anhelamos el cielo? ¿Qué tanto luchamos por llegar a ese cielo prometido donde nos está esperando Cristo? ¿A que estamos renunciando o encadenado? O ¿nuestra mirada se ha quedado en este mundo?

 La tierra es el único camino que conocemos para ir al cielo y así nos lo ha mostrado Jesús. Tendremos, pues, que ser constructores de esperanza, de amor, del Reino de Dios aquí en la tierra. No olvidemos lo que dice el Evangelio de Mateo 10,32-33: “Al que me reconozca abiertamente ante los hombres, yo lo reconoceré ante mi Padre que está en el cielo. Pero yo renegaré ante mi Padre que está en el cielo de aquel que reniegue de mí ante los hombres”.

Cristo nos espera. Vivamos ya como ciudadanos del cielo, siendo plenamente ciudadanos de la tierra, en medio de dificultades, de injusticias, de incomprensiones, pero también en medio de la alegría y de la serenidad que da el saberse hijo amado de Dios. Como decía la doctora de la Iglesia, Santa Teresita del Niño Jesús: “Pasemos nuestro cielo, haciendo el bien en la tierra”.

Te puede interesar el programa de “Un Café Con Tres de Fe”, donde profundizamos más sobre este dogma.

Feliz Solemnidad de la Ascensión.

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