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Jóvenes católicos son sacados de iglesia en Lisboa tras protesta por Misa LGBT en la Jornada Mundial de la Juventud

– Los manifestantes entraron a la iglesia durante la Misa LGBT, cantando una «oración de reparación» por los «pecados mortales»

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Imagen referencial. Foto por: acnmex

(CATOLIN).- El pasado jueves, un grupo de jóvenes católicos portando crucifijos y rosarios fueron sacados por la policía de la Iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación en Ameixoeira, Lisboa, después de realizar una protesta durante una Misa LGBT celebrada en el marco de la Jornada Mundial de la Juventud en Portugal.

Los manifestantes entraron a la iglesia durante la Misa LGBT, cantando una «oración de reparación» por los «pecados mortales» que, según ellos, resultan de «una ideología LGBT en la Iglesia católica». El sacerdote que presidía la ceremonia llamó a la policía inmediatamente, y los agentes llegaron rápidamente para ordenar a los jóvenes que se fueran.

La Misa LGBT estaba originalmente programada para realizarse en el Convento de São Domingo, pero se cambió la ubicación debido a amenazas que circulaban en Internet en días previos, según lo informado por Ann Carvalho, organizadora del servicio.

El incidente fue grabado en video y se volvió viral, generando críticas y acusaciones de «transfobia» por parte de activistas pro-LGBT. Además, durante la Misa de apertura en el Parque Eduardo VII, un peregrino pro-trans ondeó una bandera transgénero y se enfrentó a otros participantes que le pidieron que la bajara.

Por su parte, el Centro Arco Íris de Ann Carvalho, un grupo de campaña pro-LGBT, ha organizado múltiples eventos para jóvenes católicos que se identifican como homosexuales, transgénero o no binarios. En estos eventos, se han presentado figuras destacadas como el jesuita homosexual P. Jaime Martín y el padre abiertamente gay Bryan Massingale, entre otros.

Uno de los actos planeados para el viernes es la proyección de un documental que presenta la iconografía homosexual de Jesús, con entrevista al padre James Martin y al padre Bryan Massingale. En la película, se enfatiza que el clero homosexual no es responsable de la crisis de abuso sexual que afecta a la Iglesia.

El Papa Francisco, durante su homilía en la Eucaristía en el Parque Eduardo VII, había enfatizado la inclusión radical en la Iglesia, afirmando que «en la Iglesia hay lugar para todos, nadie sobra».

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