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Inicia el XVI Sínodo de los Obispos con una Plaza de San Pedro semivacía

– La asistencia a la ceremonia fue menor de la prevista

sinodo de la sinodalidad

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(CATOLIN).- El Papa Francisco presidió este miércoles la misa de apertura de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos en la Plaza de San Pedro, bajo el lema «Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión». Aunque se esperaba una mayor afluencia de fieles, la plaza se encontraba semivacía, lo que reflejaba la disminuida atención que ha suscitado el evento.

La ceremonia comenzó con una versión moderna del himno Laudes Regiae, en la que se invocó la protección y bendición de Dios sobre la Iglesia, el Papa Francisco, los obispos y el rebaño a ellos encomendado, así como sobre los líderes civiles y toda la humanidad.

En su homilía, el Papa Francisco hizo referencia a un pasaje del Evangelio que narraba un «momento difícil» en el ministerio de Jesús, destacando la importancia de tener una mirada capaz de ver más allá en medio de la desolación. El Papa enfatizó que la Iglesia no debe depender únicamente de estrategias humanas, cálculos políticos o batallas ideológicas, sino que debe seguir la mirada de Jesús, que bendice al Padre y acoge a los necesitados.

El Papa citó a Benedicto XVI al plantear la «cuestión fundamental» que aborda este Sínodo: «¿Cómo podemos comunicar la realidad de que Dios ha hablado al pueblo de hoy para su salvación?»

El Santo Padre también destacó la importancia de la acogida y la compasión, señalando que Jesús siempre tuvo una mirada acogedora hacia los más débiles y desfavorecidos. Instó a la Iglesia a seguir este ejemplo y a fomentar la unidad y la amistad con el Señor en el proceso sinodal.

En referencia al día de San Francisco, el Papa recordó el llamado de Jesús a reparar la Iglesia y enfatizó que la Iglesia siempre necesita purificación. Invitó a los fieles a abrazar las armas del Evangelio, que son la humildad y la unidad, la oración y la caridad.

El Papa concluyó su homilía subrayando que el Sínodo no es una reunión política, sino un espacio de gracia y comunión en el Espíritu Santo. Hizo un llamado a abrirse al Espíritu Santo y a caminar con alegría y confianza en esta nueva etapa del Sínodo.

La asistencia a la ceremonia fue menor de la prevista, lo que parece confirmar la afirmación del Papa de que el evento ha despertado poco interés tanto en el público en general como en la mayoría de los católicos. Además de los séquitos de los neocardenales, se esperaba con expectación la publicación de la nueva exhortación apostólica.

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