(CATOLIN).- En la homilía dominical del 27 de agosto, el Arzobispo de Xalapa, Jorge Carlos Patrón Wong, dirigió un mensaje a la comunidad sobre la importancia de la identidad cristiana en un mundo diverso y repleto de creencias. En su discurso abordó las dos preguntas clave que Jesús planteó a sus discípulos, y cómo estas cuestiones resuenan en la sociedad actual.

La homilía se desarrolló en el contexto de Cesarea de Filipo, un lugar donde diversas religiones y creencias coexistían. Mons. Patrón Wong resaltó cómo esta situación refleja nuestra realidad contemporánea, donde se encuentran una multitud de sistemas de creencias y valores. El arzobispo enfatizó la primera pregunta de Jesús: «¿Qué piensan los demás?», subrayando que es crucial cuestionar las influencias que moldean nuestras vidas en la era moderna.

«Ahí donde vivimos, donde trabajamos, donde estamos inmersos todo el día, esa pregunta es importante para ubicarnos nosotros y para que también seamos críticos, sanamente críticos de que ciertas cosas que no son de Jesús no entren tan fácilmente en nuestras vidas», expresó, haciendo énfasis en la necesidad de discernimiento en un mundo lleno de ideas y valores diversos.

En un segundo momento, Mons. Patrón Wong abordó la segunda pregunta de Jesús: «Y tú, ¿para ti quién soy yo?». Con esta interrogante profundizó en la relación personal con Jesús y cómo esta relación trasciende más allá de la historia para ser un encuentro vivo y presente.

«Para nosotros, Jesús no es un personaje histórico del pasado, un hombre bueno, un pensador, un filósofo. No, para nosotros es una persona viva, presente», enfatizó.

Más adelante subrayó la importancia de la revelación divina en la respuesta a esta pregunta, indicando que la conexión con Jesús es un regalo del Padre y es activada por el Espíritu Santo.

«Responder a la pregunta personal de Jesús no se responde simplemente con lo que otros dicen, otros razonan o lo que nosotros simplemente decimos o razonamos», enfatizó.

Finalmente, con un mensaje esperanzador el arzobispo recordó la experiencia de Pedro al responder la pregunta de Jesús, resaltando cómo Jesús cambió su nombre, simbolizando un cambio profundo en su identidad.

«Cuando confesamos a Jesús, cuando adoramos a Jesús, cuando creemos en Jesús, cambia nuestra vida. Está cambiando continuamente porque todo está relacionado con Jesús», concluyó.

La homilía terminó con un llamado a la acción: «Hoy necesitamos renovar nuestro amor a Jesús, la centralidad de Jesús en mi vida, hoy necesitamos renovar mi pertenencia amorosa, cariñosa, comprensiva, activa a la iglesia católica». Finalmente, el arzobispo culminó su mensaje implorando a la Santísima Virgen María que guíe a los creyentes en su relación con Jesús y en su papel como discípulos misioneros en el mundo actual.